domingo, 27 de marzo de 2011

La humillación de Charlie Parker

La siguiente nota se refleja en una de las escenas claves de la película de Clint Eastwood “Bird”, sobre la vida de Charlie Parker, la cual recomiendo ampliamente.

Una de las anécdotas que más reflejan el espíritu competitivo y estricto de las jams lo tiene como protagonista a Charly Parker y alude a la ocasión en que el baterista Jo Jones, descontento con el desempeño del revolucionario saxofonista, le arrojó, lleno de ira, un platillo a manera de protesta.
"Parker se levantó y salió llorando. Durante días enteros tuvo los ojos irritados de tanto llorar", cuenta el historiador del jazz Joachim Berendt en su libro "El Jazz, de Nueva Orleans al Jazz Rock".

En su libro "Un Siglo de Jazz", el historiador Roy Carr relata así el episodio: "a una edad muy temprana, el impresionable (Charlie) Parker sufrió la humillación de ser expulsado de una jam sesión en Kansas City delante de sus compañeros. El incidente tuvo lugar cuando el innovador batería de Bassie, Jo Jones, mostró su descontento lanzando su platillo por el suelo mientras Bird tocaba".

Otra anécdota de jam recordada por Roy Carr cuenta que en el legendario Minton`s, una de las sedes del nacimiento del estilo Be bop, Kenny Clarke se negó a que el joven amigo de Thelonius Monk, Bud Powell, se sentase al piano.

"Las jam sessions tenían lugar fuera de horario en clubes situados en sótanos. Allí, los músicos que tocaban en grandes orquestas solían despuntar el vicio de la improvisación, explorando nuevos rumbos. Todo esto sucedía a la vista de un muy pequeño núcleo de oyentes, hasta que el empresario Norman Granz, vinculado a la industria cinematográfica y musical, decidió llevar el concepto y sus principales exponentes a las salas de concierto a través del ciclo Jazz At The Filarmonic", según relata Carr.

El ciclo comenzó en 1944 y se extendió hasta 1960, con giras por europa y estados unidos. enfrentó a los principales músicos de la época en sesiones competitivas en las que mostraban sus habilidades y había ganadores y perdedores. "La audiencia se descontrola y reacciona más como si presenciara un apelea de box que un espectáculo de Jazz", dice Carr.

Fue la etapa de popularidad de las jam sessions, con miles de discos vendidos y hasta una película (Jamming The Blues) que mostraba los avatares de JATP. Si bien el estilo cuasi deportivo de los encuentros despertó muchas críticas, Grantz es alabado por el buen trato que dispensaba a los músicos, por su lucha en contra del racismo y por haber llevado el espíritu de la jam sessions a miles de personas que nunca se hubieran acercado a los locales nocturnos donde éstas normalmente se realizaban.

Fuente: http://www.quilmespresente.com/notas.aspx?idn=305447&ffo=20110327

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