domingo, 27 de marzo de 2016

Descubriendo San Cosme y Damián

Santa María La Mayor fue nuestro último destino en la ruta prevista, completando la visita a todas las ruinas jesuíticas protegidas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, pero el viaje me tenía reservada una sorpresa muy especial para el último día: Volver a Paraguay y visitar San Cosme y Damián.

Llegamos a Posadas, almorzamos, buscamos lugar para pasar la noche, vaciamos el auto de todo lo superfluo para agilizar el tema fronterizo, y nos dispusimos a cruzar nuevamente el puente San Roque González de Santa Cruz, para ir a pasar el dia a la última de las localidades jesuíticas que teníamos a la mano, en mi querido Paraguay.

Dos sorpresas me tomaron desprevenido a la ida, mas allá de los hermosos caminos: Pasar por el tremendo espejo de Yacyretá por la Ruta 1, y hacer escala en Coronel Bogado, la capital de la chipa. Todo tremendamente espectacular!!!

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Una vez que llegamos a la localidad de San Cosme y Damián, los detalles sorpresas no dejaron de sucederse ni un minuto. El pequeño pueblo es de lo mas pintoresco, teniendo ruinas mezcladas con el barrio. Ningún otro destino fue ni remotamente parecido.

La visita a las ruinas fue inolvidable: El estado de restauración y conservación es muy avanzado, ya que las instalaciones actualmente se siguen usando. Fue en el único lugar en donde pudimos apreciar las elaboradas pinturas internas en parte de un techo original del 1700.

La "Iglesia de la Reducción" fue seriamente dañada por un incendio en 1899, pero en 1977 fue restaurada gracias a Adveniat y a la Arquidiócesis de Colonia (Alemania). Esta iglesia parroquial parcialmente restaurada fue solemnemente consagrada en marzo de 1978, desde entonces en ella se celebra misa regularmente. Actualmente con el patrocinio de "Missions Prokur" Nurember, que congrega a los jesuitas del sur se han proseguido los trabajos de restauración.


El Colegio es la única construcción que se conserva tal cual, hasta hace pocos años sus aulas eran utilizadas como dependencias oficiales o eclesiásticas. En las paredes y techos pueden observarse los estragos hechos por el tiempo y la humedad.


"San Cosme y Damián" posee 22 imágenes talladas en madera, algunas con policromía original, además de otras que fueron restauradas por peritos del Departamento de Turismo. Una de las características que identifican estas tallas es la fisonomía de alguna de ellas, como un Cristo que reproduce rasgos indígenas, demostrando la evolución hacia los modelos aborígenes.


También una serie de piezas como sillones, pila de agua bautismal esculpida en piedra y otros objetos que suman unas 45 en total. También queda un reloj de sol, que aun hoy nos asombra su precisión horaria.


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Y esto no sería todo!

Aquí nos enteramos que la reducción de San Cosme en otro tiempo fue muy conocida, incluso en Europa. La razón es que en el año 1703 llegó el padre Buenaventura Suárez, natural de la ciudad de Santa Fe, Argentina. Él inició trabajos y estudios sobre astronomía, y ayudado por los indígenas construyó un telescopio puliendo cuarzo de la región, un cuadrante astronómico y un reloj astronómico, que, aunque rudimentarios, eran exactos en su funcionamiento. Con ellos se realizaron trabajos de investigación que dieron a conocer, y causaron asombro en universidades europeas.

La obra principal de este primer astrónomo sudamericano fue "El Lunario del Siglo", a través del cual se podían conocer los fenómenos astrales a suceder en la próxima centuria.


Hicimos observaciones diurnas gracias a un moderno telescopio solar, y nocturnas, gracias al impecable instrumental del centro astronómico, así como pudimos asistir a una charla en el pequeño pero eficiente planetario.


El broche de oro fue ver el funcionamiento de una maravillosa esfera armilar, única en la región: Éste, es un instrumento muy raro que data del medioevo y que fuera utilizado hasta el año 1600 para saber la posición de las constelaciones. Esta esfera, o astrolabio esférico, tiene la originalidad de tener en su centro una placa donde se recrea el lugar donde se encuentra el observador, pudiendo recrear el cielo del lugar desde donde se encuentre el observador, ya sea en el Polo Sur, en San Cosme y Damián, Buenos Aires, Quito, Washington, y hasta en el Polo Norte. Asombroso!

Realmente un cierre de lujo para unas vacaciones inolvidables, iniciadas en la hermosa ciudad de Paraná.

La semana que viene, sobrevolamos la mesopotamia, desde Posadas, hasta Buenos Aires