domingo, 26 de marzo de 2017

La maravillosa Trenque Lauquen

Al día siguiente de recorrer la pequeña General Villegas, estaba listo para finalizar mi recorrido. Mochila al hombro, me disponía a caminar por la ultima ciudad de mi itinerario, hasta el final de la jornada. El cielo se despajaba poco a poco, por lo que no podía estar de mejor ánimo… Trenque Lauquen, esperaba…

Habiendo visitado sus dos hermanas menores, Trenque era ideal para el final del recorrido. Su trazado desde google maps se veía completamente intrigante: Una ciudad llena de boulevards! Definitivamente no había tiempo que perder… Tenía que ir a caminarla!


La fundación de la ciudad corresponde al avance de Alsina de 1876. Su nombre aborigen tiene que ver con la denominación de la laguna "Trenqué lauquén", lo que traducido significa "Laguna Redonda".


El entonces coronel Conrado Excelso Villegas avanzó desde Ancaló (actual General Pinto) hasta ocupar el paradero "Trenqué lauquén", fundando aquí un pueblo el 12 de Abril del citado año. En él, fijó un centro de operaciones de la División Norte a partir del establecimiento de la Comandancia de Frontera, (edificio que aún se conserva dentro del predio del Palacio Municipal y que fue declarado Monumento Histórico Nacional)


Nuevos movimientos permitieron el nacimiento de otras poblaciones: Guaminí, Puán y Carhué, fronteras de la civilización desde 1876, y construida la Zanja de Alsina, el límite con el desierto. Este avance permitió que Trenque Lauquen se constituyera en la escala desde donde el Coronel Villegas, luego de capturar al cacique pampa Pincén, y bajo las órdenes del entonces Ministro de Guerra y Marina Nacional Julio A. Roca, se preparara para el desarrollo de la campaña que llevaría a cabo.


La ciudad se mantiene baja y tranquila. Sus limpias calles, llenas de espléndidos y arbolados boulevards únicamente interrumpidos por una rotonda en cada esquina, contrastan con la colorida arquitectura de antaño, dándole una identidad única, como pueden ver en el próximo álbum.



Sorprendentemente, los trenquelauquenses no solo disfrutan de la maravillosa arboleda que desde sus boulevards sigue cada trazo del damero urbano: Un juego de cinco plazas define un muy marcado recorrido céntrico, en disposición clásica, con la principal en medio y las otras cuatro, secundarias, dispuestas de forma satelital.

Uno diría que semejante cantidad de espacios verdes se da por falta de un parque. No podría estar mas equivocado quien suponga esto, ya que la ciudad dispone de un gran parque con lago en las inmediaciones del centro, así como el prolijo parquizado de otras áreas dentro de la misma ciudad, como los alrededores de la vieja estación de trenes o sus variadas plazoletas. En Trenque Lauquen, sí que se respira! Y en el siguiente álbum, pueden ver prueba de ello.



Los barrios cercanos al centro no se quedan atrás en este sentido: Prácticamente en los cuatro puntos cardinales pueden accederse a otros parques y clubes de distintas disciplinas, así como si hacemos unos kilómetros más, podremos incurrir en la pesca deportiva, en alguna de las lagunas cercanas. Pero esto, lo dejamos para otro viaje…

Muchas gracias por volver a compartir un recorrido conmigo… Nos reencontramos en el próximo circuito!


domingo, 19 de marzo de 2017

Día de lluvia en General Villegas

Si bien en el inicio del viaje, en América, el clima había acompañado de muy buena manera, el pronóstico en la semana previa no había sido el mejor. Un chaparrón a primera hora casi hace abortar mi visita a la cercana Villegas, pero, las nubes se apiadaron de este peregrino, y me permitieron llegar a la terminal, a abordar mi colectivo.

Una hora me separó de la pequeña localidad, y si bien tenía todo el día para recorrer la pequeña localidad, (Con lo que claramente me sobraban horas), decidí no esperar demasiado e ir avanzando entre los claros que por momento me dejaban caminar. Cuando la lluvia se hacía muy copiosa, esperaba bajo algún toldo o en algún comercio, mas cuando cesaba, retomaba mi ruta.

Fue a pesar de mi entusiasmo, algo complicada la vuelta por el clima, y aunque finalmente resultó mas pequeña de lo que tenía en mente, de todas formas me permitió recorrer y conocer la identidad del pueblito. E incluso, a pesar de lo casi solitario de mi paseo, tuve oportunidad de charlar con algunos lugareños, lo que siendo un domingo lluvioso de carnaval y a la hora de la siesta, ya es mucho pedir.

En fin, el agua me acompañó tal vez, en el destino mas oportuno de mi recorrido para encontrarme con ella, completándome el paisaje regional, ya que no pocos desastres hídricos azotaron a este partido en su historia, ya sea por desconocimiento, o por falta de planificación.

Ahora si, piloto, paraguas y fundas listas… Y a recorrer Villegas!



La próxima semana, completamos el recorrido desde la increíble Trenque Lauquen

miércoles, 15 de marzo de 2017

El espectacular mirador de la Galería Güemes

Pocas cosas sorprenden en Buenos Aires, como subir a alguno de sus miradores. Anteriormente y de noche, disfrutamos de las vistas que ofrecen las alturas del Palacio Barolo. Hoy, en una visita diurna, exploraremos el microcentro porteño desde un clásico: El Mirador de la Galería Güemes.

La Galería General Güemes es un edificio de estilo art nouveau que posee un pasaje peatonal interior que une las calles Florida y San Martín, de 116 metros de extensión, con locales comerciales en dos niveles. Se encuentra en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, en Florida 165, y es el primer edificio de dicho país construido íntegramente en hormigón armado, también considerado por muchos, como el primer rascacielos de la ciudad.


Hacia la década de 1910 Florida era una de las calles con más movimiento comercial de Buenos Aires. Sobre ella se habían edificado casas de clase alta en las últimas décadas del siglo XIX. En San Martín nº 74, en un terreno que había pertenecido al General Ángel Pacheco, se iba a construir una galería que se iba a llamar "Galería Pacheco". A su vez, al poco tiempo de iniciadas las obras, en el solar de la calle Florida 150, se encontraba desde 1830 una casa de altos (como se llamaba a las construcciones con un piso de altura), que adquirieron los salteños Emilio San Miguel y David Ovejero. Estos compraron el terreno de San Martín 74, en el cual ya se habían iniciado obras, y en esos terrenos planearon la edificación de un rascacielos.


El plan contemplaba un rascacielos de 80 metros de altura desde el nivel de la calle (tres subsuelos, un cuerpo macizo de seis pisos y otros ocho que se elevan en dos alas junto a una torre con faro), lo cual superaba con creces el límite de altura permitido por el código de edificación de Buenos Aires, además de la construcción de una sala de espectáculos en el subsuelo, lo cual estaba prohibido. Por lo tanto, el intendente municipal Joaquín de Anchorena tuvo que recomendar al Concejo Deliberante la aprobación de los planos, considerando la construcción como "un exponente del adelanto arquitectónico del municipio", y alegando que "facilitaría el desenvolvimiento del tránsito de peatones en esa zona de gran densidad".


Como condicionamiento se propuso la apertura de un pasaje peatonal de uso semipúblico, que atravesara el edificio, por lo cual fue necesario adquirir el terreno con salida al otro extremo de la manzana, propiedad del Banco Supervielle, sobre el actual solar en calle San Martín nº 172. El banco se sumó al proyecto y quedó determinado que ambas construcciones debían representar una unidad. De esta manera, el terreno total medía, sobre Florida, 29 metros de frente por 58 de fondo, y más una fracción sobre San Martín de 20 m de frente y 58 m de fondo.


Para construirlo se prefirió utilizar cemento armado y se colocaron puertas de amianto y acero en los lugares en que las puertas comunican con las escaleras, entre otras razones porque estaba aún fresco en la memoria de los porteños el incendio que destruyó a la enorme tienda "A la Ciudad de Londres", cita en la avenida de Mayo, en agosto de 1910.


Las obras comenzaron el 10 de marzo de 1913 y se desarrollaron con gran rapidez, a pesar del hundimiento del barco mercante italiano que transportaba los mármoles decorativos de la galería por parte de un submarino alemán, durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial.


El edificio se inauguró el 15 de diciembre de 1915 y su nombre recuerda al general Martín Miguel de Güemes, héroe de la Guerra de la Independencia Argentina y conductor de la llamada guerra gaucha.

En 1987 la Galería fue reconocida por el Museo de la Ciudad como "Testimonio vivo de la memoria ciudadana".


En abril de 2010, fue abierto al público el mirador de la Galería Güemes, permitiendo a los visitantes una vista en 360 grados de las alturas de Buenos Aires, experiencia que recomiendo vivir en primera persona, aunque para muestra, les dejo el presente álbum:












domingo, 12 de marzo de 2017

Descubriendo América – El Vivero Forestal y El Zoológico

La semana pasada llegábamos a América. Hoy, cerramos las crónicas de esta localidad con lo que fue, cronológicamente, el inicio de mi recorrido americano, desde su Vivero Forestal y Zoológico.

Luego de arribar a la terminal y caminar unas cuadras, el motivo principal de mi visita, (Como les había contado), estaba finalmente ante mi.

La entrada al vivero es mas bien austera, pero nos devuelve esa sensación de inmensidad que uno siente al ver el predio que comparte con el zoo desde un mapa, desde donde se aprecia mas grande incluso que la propia ciudad que lo alberga.


El Vivero municipal Francisco Pascasio Moreno, creado en 1948, es un predio de 354 hectáreas ubicado al sur de la ciudad. Posee un bosque de más de 250 hectáreas de características únicas en la llanura bonaerense, siendo el más importante a nivel provincial en cuanto a la diversidad de especies vegetales.



Cuenta tanto con especies arbóreas exóticas como nativas. Algunas de ellas son: acacia blanca, acacia de Constantinopla, aguaribay, arce, casuarina, cedro del Himalaya, ciprés, enebro, eucalipto, fresno americano, lame, morera negra, naranjo de Luisiana, nogal negro, olmo, paraíso, pino, roble, seibo y tala.


Esta diversidad de plantas y árboles crea un buen microclima para la realización de actividades físicas, la recreación y el descanso. Dentro del predio hay lugares diseñados especialmente para acampar, con varias instalaciones como parrillas, mesas y baños.


Dentro del vivero también se encuentra el Hipódromo Municipal, en él se desarrollan carreras de trote, cuadrera y de galgos, así como también aquí encontramos una pista de motociclismo y karting.

Luego de recorrer gran parte de las calles internas del vivero, llegamos al zoo, punto clave de mi recorrido, como les explicaba en mi reciente visita a Bahía Blanca.


El Jardín Zoológico es una ONG que se localiza dentro del Vivero Municipal, siendo un centro de cría de fauna y flora de unas treinta hectáreas, en el encontramos a las distintas manifestaciones de vida, en ambientes que recrean sus hábitats naturales. Sencillamente magnífico.


Comprende un recorrido a pie de con una extensión de 4.000 metros, tomando tres horas una visita guiada.


Yo elegí hacerlo por mi cuenta. Imagínense: Sábado a media mañana, casi solo, caminando por senderos en el bosque y escuchando sonidos de animales de todo tipo, cuando de repente, un ecosistema que alberga a una u otra especie me recibía en las diferentes estaciones para contemplarlas perimetralmente, o incluso desde altura. Una experiencia inolvidable y muy bien realizada y mantenida.



Durante el circuito puede apreciarse, además de la fauna, una colección escultórica representativa de distintas civilizaciones.


Algunas de las decenas de especies que se exhiben son:

  • Aves: águila negra, carancho, chajá, cisne de cuello negro, cóndor andino, Jote Real, faisán de collar, faisán dorado, faisán plateado, flamenco, gallineta de Guinea, ganso, jote negro, loro barranquero, loro hablador, pato criollo.
  • Mamíferos: asno, caballo, cabra, ciervo dama, león, lobo, llama, macaco rhesus, mono caí, mono carayá, oveja, papión sagrado, puma, zorro gris, zorro plateado, hipopótamo, oso.
  • Reptiles: tortugas, lagarto overo, pitón, yarará, víbora de cascabel, coral
En http://www.zoodeamerica.org.ar/ van a poder encontrar todos los detalles de este maravilloso paseo.



La semana que viene, seguimos visitando localidades del noroeste bonaerense, desde Villegas










domingo, 5 de marzo de 2017

Descubriendo América – La Ciudad


Hoy iniciamos un nuevo recorrido. Esta vez, visitaremos tres pequeñas ciudades de la provincia de Buenos Aires, pegaditas prácticamente al límite de nuestra querida provincia de La Pampa: América, General Villegas y Trenque Lauquen, para descubrir que tesoros se esconden en ellas...

Desde un primer momento me decidí a hacer base en América, cabecera del partido de Rivadavia, por encontrarse en medio de los tres destinos a visitar. A solo una hora de colectivo de cada uno. Además era el sitio que me quedaba mas lejos, lo que me daba un poco mas de descanso en el micro antes de arribar, y era el destino ideal para pasar mas tiempo, ya que la exploración del Vivero Forestal y Zoológico, por lo que veía en el mapa, me iba a llevar media jornada de caminata.

Pero… ¿Por qué elegí América?

La historia data de 2013, y de mi primera visita a los parques de Bahía Blanca. En esa oportunidad me quedó por conocer el Parque Independencia, ya que por estar mas retirado no pude incluirlo en mi itinerario. Fue recién en 2015, en mi segunda visita a Bahía, que finalmente pude conocerlo. Y acá me llevé una sorpresa: Encontré en él, los restos de un zoológico que había en él, y con ese hallazgo, la noticia de que en América moraban gran parte de los animales que solían estar acá. Había que cerrar esta historia, así que esta fue mi primera excusa para elegir este destino…

A principios de 2016, finalmente, me bajaba del micro luego de una noche de sueño nada reparadora, como suele ser en estos casos, dispuesto a caminar por cuanto rincón pudiera. Entonces, hice vista esquiva de cuanta nube y rastros de lluvias recientes encontraba, y puse pies en el camino.

América Está localizada en la región de la pampa húmeda a unos 505 km por ruta de la ciudad de Buenos Aires. La ciudad fue fundada por Carlos A. Diehl el 16 de mayo de 1904 y para su centenario, en el año 2004, tenía 11.000 habitantes aproximadamente.

El 14 de marzo de 1904 Carlos A. Diehl solicitó autorización al Ministro de Obras Públicas provincial, Ángel Etcheverry, para crear un pueblo en terrenos de su propiedad ubicados en el partido de Trenque Lauquen, a la altura del kilómetro 471 del Ferrocaril Oeste, Ramal Lincoln a Meridiano V, donde ya se había emplazado una estación ferroviaria.


La historia es muy curiosa: En su solicitud, Diehl explicaba que a los efectos de la fundación se había realizado una mensura de división y subdivisión de esos terrenos y se había "destinado ya el terreno para la plaza pública" y designado para edificios públicos "la mitad de la manzana N.º 38; los lotes 2 y 7 de la manzana 32; el lote 1 de la manzana 33", y "las quintas N.º 42 y 46, para potrero de policía y Cementerio Público", fracciones de tierra éstas últimas que se compromete a ceder al gobierno provincial. También solicita que el nuevo pueblo se denomine Carlos A. Diehl. Diehl alega que la estación de ferrocarril dista 12 leguas de los pueblos más cercanos, Trenque Lauquen y General Villegas, por lo que cree que sería beneficioso tener un pueblo allí.


Finalmente, el 16 de mayo, con firma del gobernador Marcelino Ugarte y el ministro Etcheverry, se dicta una resolución autorizando la creación del pueblo Carlos A. Diehl y aceptando la traza propuesta.


Por estar situado junto a la estación América del Ferrocarril Oeste, el pueblo tomó luego esa denominación. Pero en 1910, la Ley provincial N.º 3.273, que creó el Partido de Rivadavia, determinó que el pueblo se llamaría Rivadavia a partir de ese momento. No obstante la población siguió siendo denominada por sus pobladores y vecinos como América.


Por tanto, el pueblo de América fue oficialmente conocido como Rivadavia durante 79 años, hasta que en 1989 se cambió el nombre oficial de la cabecera de partido a América para solucionar el problema definitivamente.


América es baja limpia tranquila y silenciosa. Hay pocas rejas, y la gente aún deja cosas en la calle con plena confianza de que al volver, como es de esperar, ahí estarán. De todas formas, esto no implica descanso para las fuerzas de seguridad: La presencia policial se hace notar en sus calles, (Aunque no de forma intimidatoria como viví en Formosa), cosa que es de agradecer en los tiempos que corren.

Vengan a andar conmigo las callecitas de América, son un viaje a otra época :)




La semana que viene, nos despedimos de América, desde su vivero forestal y zoológico