domingo, 12 de enero de 2020

La Puna Catamarqueña: Atravesando la Quebrada del Diablo

En nuestro anterior encuentro les mostré el camino entre Antofagasta de la Sierra y Antofalla. Hoy, completamos el circuito desandando el camino y las paradas que hicimos a la vuelta. Un vivencia aún mas sorprendente que la ida!

El primer punto a destacar, saliendo de Antofalla y costeando el Salar homónimo, son los Ojos de Campo. Éstas son pequeñas lagunas circulares interconectadas, muy cercanas entre sí, pero con la particularidad que debido a su composición química, cada una refleja la luz de un color diferente: negro, naranja, amarillo y azul.

El camino dio paso a la Quebrada del Diablo y ésta, a su desierto de puna, para coronar la vuelta desde las mismísimas Sierras de Antofagasta.

¿Cómo describir esta experiencia? Muy difícil…

Una imponente e interminable sucesión de paisajes verdaderamente de otro planeta. Y en cada curva, el entorno parece mutar radicalmente respecto de lo que veníamos viendo. Las texturas y colores se suceden de una forma inenarrable, y acá cualquier descripción vuelve a quedárseme corta. Sin dudas, un punto fuerte de este viaje, que por su extensión y variedad en colores y texturas, me resultó mucho mas sorprendente aún que la mismísima Serranía del Hornocal.

El dia terminó desde las alturas de la minúscula Paicuqui, y desde acá, volví a sentir como me abrazaba la plenitud de la inmensidad. Inolvidabilidad pura.

Con ustedes, algunas imágenes de esta maravillosa experiencia, como siempre, en el siguiente álbum:



En nuestro próximo encuentro emprendemos la vuelta a Belén, desde el camino que nos llevaría al alucinante Campo de Piedra Pómez

domingo, 5 de enero de 2020

La Puna Catamarqueña: Entre Antofagasta de la Sierra y Antofalla

Claramente no había tiempo que perder! Al dia siguiente de haber llegado a Antofagasta de la Sierra, nos encaminamos hacia la pequeña pero no menos sorprendente Antofalla...

Arancamos el día bien temprano, con los primeros rayos de luz y temperaturas bajo cero, así que era imprescindible ponerse en movimiento y activar lo más posible, ya que en lo personal creo que de otra forma, el clima incide negativamente en el ánimo. Y más ya habíéndome aclimatado perfectamente a la altura.

El destino? Antofalla… Así que andando pues!

El primero punto llamativo no se hizo esperar: El pequeño Salar “La Sulfatera”, en las cercanías a Antofagasta de la Sierra, nos daba la bienvenida a una ruta sobre la cual, las sorpresas no iban a hacer otra cosa que sucederse una tras otra.

Dejamos atrás la Ruta 43, para internarnos en un camino de montaña que seguiría el serpenteante curso del rio Calalaste. por la quebrada del mismo nombre. La 4x4 ni se quejó, por el contrario, se sentía ávida de aventura. Aquí encontramos la cota máxima de nuestro viaje, y una de las mas altas de la Puna Catamarqueña: 5300msnm, en donde el agua, aún al rayo del pleno sol, descansaba aún congelada en caprichosos volúmenes amorfos.

Una sucesión de paisajes maravillosos, finalmente, nos depositó en lo alto de un mirador, para contemplar el imponente salar de Antofalla. Los colores, nuevamente, infinitos e indescriptibles. Catamarca es otro planeta.

El salar de Antofalla es enorme, pudiendo ver desde aquí una pequeña fracción, pero piensen que el mismo es tan largo como toda la provincia de Catamarca. Tiene una longitud de más de 150 KM, siendo su superficie de 500​ KM². Está dominado en el oeste por el imponente volcán Antofalla, activo (6409 msnm) con su cumbre nevada, que forma un macizo con sus vecinos como el Conito de Antofalla, el cerro de la Aguada, el volcán Lila, el cerro Cajeros y el cerro Botijuela.

Con la excepción de la pequeña localidad de Antofalla, la cual tuve la suerte de visitar y con la que ciero esta entrega, (situada al este del macizo, cerca del salar), la región está prácticamente deshabitada. Esta es una de las regiones más aisladas del país y carece por completo de ruta o carretera. Toda una experiencia el haber podido llegar!



La próxima semana, les muestro el increíble camino por la Quebrada del Diablo, volviendo a Antofagasta de La Sierra…