El proceso de aprendizaje es lento y por fases. La primera fase es la memoria a corto plazo. Puede durar minutos u horas. Una estructura esencial llamada hipocampo es responsable de que los recuerdos pasen de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. El caso del paciente H.M mostró la importancia del hipocampo. Tras sufrir un accidente de bici, comenzó a tener ataques epilépticos que no respondían a ningún tratamiento. Dado que los ataques eran frecuentes e insoportables, los médicos decidieron extirparle la zona donde se originaban: el hipocampo. La operación fue un éxito en relación a la epilepsia y un desastre respecto a su memoria. H.M recordaba todos los sucesos previos a la operación pero era incapaz de formar nuevos recuerdos. Durante años visitó a su terapeuta sin reconocerla aunque la había visto el día anterior.
Al recibir un golpe puede producirse una amnesia retrógrada. Perdemos la memoria desde el momento del accidente hacia atrás. Lo aprendido más recientemente no se recuerda pero lo antiguo sí. Cuando los sujetos se recuperan sus recuerdos vuelven desde atras hasta el momento del accidente. Esto nos hace pensar que los recuerdos se consolidan por fases y que pueden requerir meses hasta estabilizarse.
La importancia del sueño en la consolidación de los recuerdos ha sido repetidamente demostrada. Durante la noche procesamos las vivencias del día y procedemos a consolidarlas. El nuevo estudio muestra que no solo el sueño es esencial para asentar los recuerdos del día sino que es posible aprender cosas nuevas mientras dormimos.
Para realizar la investigación se usó el llamado condicionamiento clásico que descubrió Pavlov y por el que recibió el Premio Nobel. Trabajando con perros (el famoso perro de Pavlov) pudo asociar dos estímulos no relacionados. Cuando se presenta al perro comida (estímulo incondicionado) el perro saliva. Pavlov presentó una campana (en principio un estímulo neutro) a la vez que la comida. Cuando los dos estímulos se presentaron juntos muchas veces, la campana se asoció con la comida y el perro salivaba al escuchar la campana aunque no hubiera comida. El estímulo neutro pasó a ser estímulo condicionado.
Los investigadores han usado el condicionamiento clásico de Pavlov para estudiar el aprendizaje durante el sueño. Mientras dormían se presentaban a los sujetos dos tipos de olores: unos placenteros como el perfume y otros desagradables como el pescado podrido. En el primer caso los sujetos olisquean largamente. Por el contrario, con la presentación del estímulo desagradable los sujetos olisquean brevemente. Posteriormente se asociaron unos sonidos con los estímulos agradables y otros distintos con los desagradables.
Una vez despiertos, se les volvieron a presentar los sonidos. Ante el sonido emparejado con el olor agradable los sujetos olisquearon largamente. El sonido asociado con el olor desagradable producía un breve olisqueó. Los sujetos habían realizado la asociación mientras dormían y no eran conscientes. De hecho, ninguno era consciente de haber aprendido nada.
Esto no implica que puedas poner tus libros debajo de la almohada y haberlos aprendido por la mañana.Desde luego se trata del aprendizaje más simple, pero abre una ventana a la investigación de nuevas formas de aprendizaje. Por ejemplo, se ha tratado de eliminar la dependencia de las drogas asociándolas con estímulos desagradables. Pero es difícil de conseguir mientras el sujeto es consciente. Si puedes conseguirlo durante el sueño, no llegarás a saber siquiera cómo ha ocurrido.
Fuente: http://alt1040.com/2012/08/aprendiendo-mientras-dormimos