A veces hay que pararse a pensar en pequeños detalles que podrían ayudarnos a conseguir mejores imágenes y ser mejores profesionales, como llevar siempre nuestra cámara para no perdernos ni un detalle, no obcecarnos con el material, abrir nuevos caminos en nuestra fotografía...
Esforzarse por descubrir nuevos colores, estilos creativos, mejorar la técnica... Todo fotógrafo profesional trata siempre de avanzar y conseguir mejores resultados. Y es algo que, siendo fotógrafo amateur, puede convertirte en profesional. Está muy bien saber todo esto, sobre creatividad, sobre estilo y técnica, pero también hay saber qué no se debe hacer. Por eso vamos a ver una serie de detalles que todo fotógrafo profesional debería tener en cuenta.
Perder el tiempo con el equipo
Está claro que el equipo es importante y que cuanto mejor sea el equipo, mejor podremos preparar nuestras fotos. Pero es algo que no debe obsesionarnos. Porque tener el mejor equipo no implica hacer la mejor fotografía. Así que es importante dejar de perder el tiempo en qué deberíamos tener entre nuestro material y dedicarnos a mejorar nuestra fotografía con lo que tenemos, sacarle el máximo rendimiento y dar rienda suelta a nuestra creatividad.
Dejar la cámara en casa
A lo mejor es por despiste, por pereza o porque no nos imaginamos que en cualquier momento nos podemos encontrar una fotografía increíble que no podremos capturar si no llevamos cámara. Ahora tenemos la opción de llevar con nosotros cámaras ligeras, compactas y que podemos guardar en cualquier bolsillo, además de nuestros dispositivos móviles. No te olvides tu cámara, que seguramente te arrepentirás cuando veas que te estás perdiendo una gran captura por ir "desarmado".
Investigar y experimentar
Está bien perfeccionar una técnica hasta dominarla pero anclarnos y utilizarla siempre nos impedirán experimentar cosas nuevas y adquirir nuevas habilidades. Es interesante evitar la monotonía e investigar nuevos caminos creativos. Estar abiertos a nuevas ideas y estilos podrá enriquecen nuestra fotografía. No hay nada peor que caer en la rutina y hacer fotografías de forma automática a través de un método que tenemos totalmente dominado. Prueba y equivócate para mejorar.
Esto no quiere decir que tengamos que cambiar cada tres meses de tipo de fotografía, hoy de naturaleza, mañana de deportes, pasado bodas; me refiero a, dentro de la fotografía que realicemos, buscar nuevas formas de llegar a buenos resultados.
Compartir problemas técnicos con clientes
La honestidad con tu cliente es importantísima, pero hay un límite. Si nos enfrentamos a cualquier tipo de problema técnico, comentarlo con nuestro cliente puede poner en duda nuestra profesionalidad, nuestra capacidad resolutiva y que se vea como una queja más que como un simple comentario. Ser capaces de resolverlos de forma creativa es parte del trabajo del fotógrafo y está bien compartirlo con otros colegas, pero lo que el cliente debe recibir es un resultado profesional y no cualquier tipo de historia sobre cómo nos encontramos con obstáculos y los resolvemos. Con esto no digo ocultarlos y que todo parezca de color de rosa; me refiero a contenernos y no contar nuestras vidas a los clientes a quienes lo que les interesa es un buen resultado.
Saber elegir tus trabajos
Es un error aceptar cualquier tipo de proyecto fotográfico. No podemos ser creativos en todo tipo de fotografía, por eso debemos elegir con cuidado los trabajos que aceptamos y no hacerlo solo con el fin de ganar algo de dinero. Hay que saber cuáles son los límites de cada uno y también los puntos fuertes y aceptar los trabajos sin ton ni son. A veces es mejor recomendar a otro fotógrafo que aceptar un proyecto que sabemos que no vamos a hacer de forma exitosa.
Comportamiento en eventos
Los fotógrafos de eventos deben trabajar con pies de plomo, tener en cuenta a los planificadores del evento y llevarse bien con ellos porque el resultado de nuestro trabajo puede depender de ello. Además el fotógrafo de eventos debe ser casi invisible, saber que está allí trabajando e interactuar lo mínimo con los invitados. Estás haciendo tu trabajo, no lo olvides, hay que demostrar profesionalidad.
Concentración
Para hacer un buen trabajo, como en cualquier otro sector profesional hay que concentrarse en lo que hacemos. Tratar de hacer demasiadas cosas a la vez puede hacer que perdamos la concentración y pasemos por alto detalles importantes como el usar un determinado objetivo o, incluso, olvidarse de hacer foco. A veces los nervios y el estrés juegan malas pasadas. Por eso es importante aprender a delegar y siempre que sea necesario, pedir ayuda. Por ejemplo, en una sesión de retrato no podemos pretender, peinar, maquillar y vestir al modelo y además configurar el set con su decorado y attrezo mientras colocamos la cámara, seleccionamos los difusores, cambiamos las baterías al flash y hacemos foco. Concentrémonos en nuestro trabajo y veremos mejores resultados.
Observación
Un fotógrafo que no se fija en los detalles, que no se para a mirar y observar lo que hay a su alrededor difícilmente podrá mejorar su fotografía, capturar momentos únicos o encontrar reacciones inesperadas. Siempre digo que la paciencia es la mejora arma de un fotógrafo y, unida a la observación, son claves para desarrollar la creatividad y conseguir mejores tomas. A veces la mejor fotografía se hace de rogar, pero cuando la conseguimos, el resultado es increíble.
Son detalles muy obvios y que, al mismo tiempo entiendo que puedan dar pie a la discusión, pero creo que es importante plantearlos y recordarlos. Crear debate y una crítica constructiva en torno a ellos puede ayudarnos a mejorar como observadores de lo cotidiano, experimentadores, dar rienda suelta a nuestra imaginación y, por lo tanto que nuestra fotografía se vea beneficiada por eso.
Fuente:
http://altfoto.com/2014/02/detalles-que-fotografo-profesional-deberia-tener-cuenta