domingo, 26 de abril de 2020

Vuelo Salta–Buenos Aires

¡Último capítulo de este alucinante paseo por el NOA! Y porque todo lo que comienza, concluye, hoy les comparto las alucinantes imágenes que me traje de mi vuelo Salta – Buenos Aires, luego de mi último destino, en la tucumana Tafí del Valle.

Me volví al día siguiente de la mencionada travesía, desde la capital tucumana, a la capital salteña, sin sobresaltos. Volver a caminar por esa ciudad, a un mes de mi arribo (Vuelvo Buenos Aires – Salta), fue espectacular, y me ayudó a poner en perspectiva todas las aventuras que había vivido, no solo en Salta sino también las que ni me imaginaba que viviría en Jujuy, Catamarca y Tucumán.

El vuelo incluyó una breve escala en Jujuy, y si, fue la primera vez que hice un vuelo con una escala.

Sin dudas, haberme ido solo con una idea, con algunos nombres apenas bosquejados, hizo que el viaje tuviera un desarrollo sumamente orgánico, permitiéndome distribuir el tiempo entre destino de una forma muy equilibrada, tal como el recorrido me iba pidiendo, dando como resultado uno de los meses mas intensos de mi vida, y si no me creen, miren lo que tardé en desandar esas vivencias: Ni mas ni menos que un año y cuatro meses, en entregas semanales.

Obviamente ni me mis sueños mas ambiciosos me hubiera imaginado esa tremenda cantidad de vivencias en tan perfecta sucesión. ¿Fue la suerte de estar en el momento correcto en el lugar correcto? ¿Fue la experiencia, y por ende la confianza?. Nunca lo voy a saber.

Lo que sí sé, es que hoy mas que nunca tengo ganas de seguir con este proyecto de recorrer toda la argentina, que comenzó hace diez años, y que si todo se alinea, podré continuar en 2021.

Gracias a todos por su compañía, sus sugerencias, y en muchos casos hasta por recibirme en sus casas.

Nos reencontraremos en el próximo destino!! :)



Repasá éstos y el resto de los destinos que visité hasta ahora, desde Mis Viajes.

domingo, 19 de abril de 2020

Turisteando por Tafí del Valle

La mañana en la sencilla Amaicha del Valle había sido un lujazo, así que ya disponiéndome a volver a la capital tucumana, me disponía a hacer una buena escala en la turísticamente impuesta Tafí del Valle, donde mis expectativas, estuvieron a la altura.

Como les conté anteriormente, el camino de ida fue un lujazo, siendo un destino en sí mismo. La experiencia en Amaicha fue maravillosa y auténtica, pero ahora, ya emprendiendo el retorno, obviamente no podía dejar de visitar Tafí del Valle, predispuesto a una experiencia diametralmente opuesta, en un destino a sabiendas, súper preparado para el turismo.

Y fue tal cual. Para los que conozcan la costa bonaerense, el paralelismo es inmediato: Amaicha es Ostende y Tafí es Pinamar. Pero bueno, no todo es tan terrible. Para pasar el día, y si obviamos el circuito comercial con el que el hombre corrompe al paisaje, la gran ventaja de visitar Tafí es justamente, su privilegiado punto de vista de la geografía que lo rodea. Ésto nomás hace valer la experiencia y por mucho!

Es que la ciudad de Tafí del Valle se ubica prácticamente en el centro del bellísimo Valle de Tafí, que separa las elevadas cordilleras de la Sierra del Aconquija al sur, y las Cumbres Calchaquíes al norte. Este mismo valle es el importante paso que conecta los Valles Calchaquíes al oeste, con la gran Llanura Chacopampeana al este, comunicándose con la ciudad de San Miguel de Tucumán por las rutas 38 y 307, con unos 126 km de separación entre ambas.

Taktikllakta (En idioma cacán: "Pueblo de la espléndida entrada"), parece haber sido el nombre inicial del poblado y el valle que domina, simplificado por los españoles como Tafí (Téngase en cuenta que en Tucumán existe otra importante ciudad con el nombre Tafí: Tafí Viejo).

El poblamiento originario supera los 2 milenios: Desde los años 300 a. C. y hasta 800 d. C. se desarrolló la cultura Tafí en el piedemonte de la selva oriental tucumana. La sociedad se componía de grupos familiares que habitaban aldeas de hasta una decena de recintos circulares.

A mediados del siglo XVI inician su presencia los españoles, pero la presencia española sobre el valle no pudo consolidarse inmediatamente, ante la resistencia ofrecida por los diaguitas, en especial la ofrecida por la parcialidad de los calchaquíes.

En 1636 el valle es ofrecido como Merced Real a la familia española de los Leguizamo y Guevara, que fundan una estancia. Tal estancia es comprada por los jesuitas, que ya se habían establecido en la zona en 1617. Débese a los jesuitas el inicio de los lacticinios y en especial la producción de excelentes quesos en este valle, actualmente el producto emblema de la región.

A partir del 2003, se comenzó a incluir esta zona turística entre los paquetes internacionales dentro de lo que comprende el circuito del NOA, con el consecuente desarrollo que esto trajo.

Uno de los principales atractivos de la zona turística de Tafí son sus menhires (del celta men: 'piedra', hir: 'larga'). Se trata de monolitos hitifálicos, tallados por los indígenas locales de la cultura Tafí. En un principio, se encontraban esparcidos por todo el valle pero, durante el gobierno de facto de Antonio Domingo Bussi, con impericia científica se los reunió a todos en el Parque de los Menhires cercano a la localidad de El Mollar, con la excusa de preservar su integridad y evitar daños ocasionados por parte de los turistas que los visitan. En dichos menhires podemos encontrar diferentes grabados.

En la entrada oriental se puede encontrar la localidad de El Mollar, que ofrece una completa infraestructura turística complementando a la de la ciudad de Tafí del Valle. Casi inmediatamente a El Mollar, y continuando hacia Tafí del Valle, se encuentra el lago de la Angostura, que además del paisaje entre altas montañas frecuentemente nevadas, ofrece el atractivo de la pesca y los deportes náuticos. Del mencionado lago sale el correntoso y límpido río Los Sosa, que discurre hacia el naciente por cañones formando saltos.

A menos de 1 km del centro de Tafí del Valle se encuentra el Conjunto Jesuítico de La Banda (construido a inicios del s. XVIII), y el cerro Ñuñorco Grande. En el km 58 de la Ruta Provincial 307, a 2 km de Tafí del Valle, se encuentra el Museo Casa Duende, dedicado a las creencias, mitos y tradiciones de la región.

Como es de esperarse, Tafí ofrece una gran variedad de actividades tales como cabalgatas, recorridos en vehículos 4x4, trekking, windsurf, parapente y visitas a sus iglesias y estancias.

En ésta localidad, cada verano se celebra un torneo del deporte nacional argentino, el pato, con la concurrencia de deportistas de toda la Argentina, coincidiendo en época con otro evento emblema de la región, el Festival Nacional del Queso, que se realiza cada febrero.

Ahora si, los invito a recorrer el poblado y sus alrededores, para que conmigo, puedan apreciar los contrastes y bellezas naturales con las que Tafí del Valle nos abraza en nuestros paseos.



La próxima semana, las últimas imágenes de este increíble recorrido por el NOA, desandando el vuelo entre Salta y Buenos Aires










domingo, 12 de abril de 2020

Descubriendo Amaicha del Valle

Habiendo disfrutado plenamente de San Pedro de Colalao, lo único que restaba al itinerario que quería hacer en ésta oportunidad era el circuito noroeste de la provincia. Amaicha del Valle, sería mi primer destino.

El viaje de unos 165KM, entre la capital tucumana y el poblado, fue un lujazo: La primera parte hasta Famaillá ya la conocía, pero el gran tramo de la ruta 307 fue alucinante. Un destino en sí mismo! Las curvas y contracurvas en permanente ascenso penetran por la selva tucumana de la reserva natural quebrada de los Sosa, y es una experiencia increíble. La ruta pasa por tres parajes destacados: "El Indio", "La Heladera", y "El Fin del Mundo". Pura belleza natural!

Amaicha del Valle es una comunidad indígena de, según el censo de 2010 de 1,327 habitantes, del pueblo calchaquí, que fundamenta su condición de tal invocando la Cédula Real de 1716, ya que los calchaquíes de la tribu Amaicha no adhirieron a las guerras calchaquíes contra los españoles. Como Comunidad Indígena, tiene sus instituciones ancestrales, tales como el Cacicazgo y el Consejo de Ancianos. También tiene un extenso territorio que, en la actualidad cubre desde el Abra de El Infiernillo, continuando por las Cumbres Calchaquíes hacia el Norte, hasta el cerro Pabellón y, en dirección Oeste, hasta la ribera este del Río Santa María.

El estado de la provincia de Tucumán tiene presencia en el territorio Amaicha a través de diversas instituciones, entre otras la Comuna Rural de Amaicha del Valle.

El poblamiento originario data de hace 2300 años, momento en que se establecieron pueblos agricultores y recolectores, probablemente antecedentes de la cultura Tafí.

A mediados del Siglo XVI iniciaron su presencia los conquistadores, pero la ocupación española sobre el valle no pudo consolidarse inmediatamente, ante la resistencia ofrecida por los calchaquíes. Sin embargo, los Amaicha no adhirieron finalmente a la resistencia, y esto hizo que los españoles vencedores les permitieran a los Amaichas mantenerse en sus territorios ancestrales.

Finalmente, en 1716 los españoles firman la Cédula real de 1716, reconociendo a los pueblos originarios como poseedores de las tierras

Recorran conmigo en esta miniserie fotográfica, el centro de esta hermosa comunidad y su periferia. Una verdadera perla, en el noroeste tucumano.



La semana que viene, desandamos el último destino que visité en este viaje: Tafí del Valle






domingo, 5 de abril de 2020

Disfrutando en San Pedro de Colalao

Luego de mi paso por El Cadillal, estaba listo para hacer un paseo ya mas lejos de la capital tucumana, subiendo prácticamente al límite con la provincia de Salta, para disfrutar del día en el pueblo de San Pedro de Colalao.

San Pedro de Colalao es una pequeña ciudad y comuna rural ubicada en el Departamento Trancas. Es considerada como la primera villa turística del "Jardín de la República" y es llamada "La Sucursal del Cielo", formando parte del Circuito turístico Valle de Choromoros, contando con un variado número de atractivos turísticos de los cuales se destaca La Gruta de Lourdes, La Piedra Pintada, El Puente del Indio, La Laguna Escondida y El Cabildo Indiano, y desarrollándose en sus cercanías, asientos de la antiquísima Cultura La Candelaria.

La localidad recibe su nombre de la antigua (prehispánica) parcialidad pazioca llamada colalao (la desinencia ao, en cacán y al parecer, también en lule, significa poblado, kolal en el primero de los idiomas significaría "principal" o "jefe").

A fines del siglo XVII el Capitán Pedro de Ávila y Zárate y el sacerdote Luis Marañon fundaron con cuarenta y siete indios, la encomienda de San Pedro de Colalao. Allí está el origen de esta villa rodeada de imponentes estancias, donde en 1858 la comunidad lugareña donó terrenos para la iglesia y, con la venta de lotes, se comienza a formar un núcleo de población. En el año 1901 se creó la comuna de la villa y en 1902 fue fundada la Iglesia de San Pedro. Es allí donde los jesuitas enseñaron a los lugareños las labores agrícolas y artesanales.

Entre sus habitantes inicialmente se contaron los pueblos originarios (indígenas) aunque tras la conquista española en el s XVII gradualmente la zona fue poblada por gauchos criollos que viven en la zona, además desde 1914 llegaron una gran cantidad de inmigrantes desde Siria, El Líbano, Francia, Italia y España, formando un verdadero "Crisol de Razas".

El clima del pequeño valle es muy ameno (mesotérmico) con noches frías en invierno (especialmente en julio cuando llega a nevar) y suavemente cálidas en verano (enero, con noches frescas) por lo cual merece el calificativo de Villa Veraniega.

En San Pedro de Colalao durante el veraniego (sur) mes de enero se celebra el Festival Nacional de la Humita, luego en febrero el Festival Nacional del Quesillo y el Festival Nacional de la Nuez, también en febrero (el 11 de ese mes) se celebra la festividad de nuestra señora del Lourdes, y se realiza una mega escenificación de la vida de Santa Bernardita y de las apariciones de la virgen, en un escenario natural que cada año convoca a fieles de distintos puntos del país.

En el centro del poblado de San Pedro se ubica la plaza Leocadio Paz, en la misma se realizan el 29 de junio las principales celebraciones dedicadas al santo patrono (es decir san Pedro) y a la Semana Santa y en otros sitios suelen encontrarse puestos de artesanos que ofrecen camperas (chaquetas de cuero abrigadas), rastras (amplios cinturones gauchos adornados con monedas o cospeles metálicos, generalmente de la aleación llamada alpaca, o de plata vasca o de plata repujada y nielada con oro u otros metales), sombreros gauchos (por lo general "chambergos " alares), fustas, taleros, trastos, mantas etc.

También en las inmediaciones existe el Zoo Carlos Pellegrini que forma parte del Instituto homónimo adjunto a la UNT, tal instituto posee una extensa Reserva Fitozoológica San Pedro de Colalao que entre su fauna cuenta con pecaríes (llamados "chanchos de monte"), tapires (antas), ciervos taruca, zorros, comadrejas, pumas ("leones"), yaguares ("tigres"), ñandúes ("avestruces"), se intenta reintroducir el oso de anteojos, entre otros cientos de especies.

A solo 3 kilómetros del centro de la plaza Leocadio Paz, tras el panorama de Monte Bello se encuentra el Ojo de Agua, una gran vertiente o manantial por las que fluyen las límpidas aguas desde la cordillera, a 8 km. se encuentra el interesante sitio arqueológico de La Ovejería, en el cual pueden observarse atractivos petroglifos labrados antes de la invasión incaica. A 15 km se ubica el paraje de Hualinchay que ofrece nuevamente bellos paisajes montanos pendiendo sobre el río Tacanas, allí existe un Museo Arqueológico basado principalmente en piezas de la citada Cultura Candelaria. Otros sitios muy interesantes de la periferia son Chulca, Monte Bello, Puerta del Indio y Campo la Chuña.

En San pedro de Colalao existen albergues, hosterías, hoteles, restaurantes, bares y pizzerías en los cuales se pueden degustar asados (de vaca, ternero, oveja, chivito, chancho, pollo y pavo), empanadas, locro, tamales, pizzas criollas, tallarines, achilatas, y dulces regionales. Existen también lugares ideales para el turismo de aventura y turismo sostenible.

Me resultó imposible abarcar todo, y más a pié, en la jornada en que fui, pero obviamente, me prometí volver a disfrutar de cada una de las maravillas que no tuve el placer de recorrer. sin dudas, éste fue uno de mis destinos favoritos, dentro del paseo por Tucumán.


La próxima semana, comenzamos a despedirnos de Tucumán, desde Amaicha del Valle







domingo, 29 de marzo de 2020

Descansando en El Cadillal

Seguidamente a mi visita a Famaillá decidí seguir recorriendo más localidades del interior tucumano. Ésta vez, me fui un poquito mas lejos y hacia el norte. Le tocaba el turno a El Cadillal.

Ubicada en el Departamento Tafí Viejo, esta villa turística nos espera junto al Dique Celestino Gelsi, el cual permite el baño en sus playas y deportes acuáticos, además de un paisaje rodeado de selva, y varios cursos de agua adicionales. La villa se encuentra en el acceso, sobre la ladera del cerro Médici y es de reciente construcción.

En 1962 se construyeron las primeras 7 casas que serían las precursoras del pueblo, destinadas para los ingenieros a cargo de la construcción del dique, contando según el censo de 2010 con 865 habitantes.

Salir de la vorágine de la ciudad en sólo 20 o 25 minutos y entrar en un lugar cargado de paz, con un paisaje soñado y un dique de aguas mansas parece imposible, sin embargo en Tucumán no lo es. A solo 26Km, en el Cadillal, el turista puede disfrutar de una excelente gastronomía, de campings y merenderos en los que podrá pasar un día único acompañado de un clima ideal: ni frío ni caluroso sino muy agradable.

La localidad cuenta también con un complejo  de aerosillas, con un recorrido de 600 metros hasta la cima del cerro Medici, desde donde se accede a una incomparable vista panorámica que alcanza la noble vegetación de las Sierras de Medina y el espejo de agua. Allí también se puede tomar un refrigerio durante la visita, y realizar un pequeño circuito de trekking entre la Yunga. Actividad que recomiendo plenamente, claro!

Vengan conmigo a disfrutar de un dia en temporada ultrabaja a éste pequeño paraíso Tucumano, no se van a arrepentir!



La próxima semana, seguimos viaje hacia el norte de Tucumán, para visitar San Pedro de Colalao


domingo, 22 de marzo de 2020

Curioseando por Famaillá

Habiendo concluído las grandes caminatas por San Miguel de Tucumán, me tomé unos días para conocer algunas localidades del interior de la provincia. La que primero me llamó la atención, era también la más cercana a la capital: Famaillá. Así que fui a recorrer la capital de la empanada.

Llegar a Famaillá se asemeja mucho a un viaje interdimensional, en donde conviven: Ruta, Campo, Poblado, Réplicas de edificios históricos argentinos, Muñecos y figuras humanas en perpetua representación colonial, y las mejores empanadas (Tal vez), del mundo. Tan surreal como auténtico.

Famaillá es la cabecera del departamento homónimo, y también, la ciudad más grande del mismo. Es conocida en el ámbito provincial como la capital de la empanada ya que en ella se celebra anualmente la Fiesta Nacional de la Empanada. Una celebración con la que tuve la suerte de coincidir en mi visita, en su segundo día, en donde en un gran predio se suceden artistas de toda talla, se pueden degustar las más exquisitas empanadas (Imposible no sucumbir a las de mondongo fritas. Deliciosas y una marca registrada de la región, aunque, realmente todas las variedades son de lujo), y obviamente, hasta se elije la reina.

La localidad está situada en el pedemonte tucumano, a treinta y cinco kilómetros de San Miguel de Tucumán y a 339 msnm. Es cruzada por el río Famaillá, afluente del río Balderrama. Su clima es subtropical húmedo.

El INDEC reconoce a la localidad de Ex Ingenio Nueva Baviera como un componente de Famaillá, dicha localidad se halla al sudeste de Famaillá, al otro lado de la Ruta Nacional 38. Atravesaría esta parte a la vuelta, en mi caminata a tomar un colectivo distinto para la vuelta, en favor de conocer un poco más de los alrededores.

El poblado cuenta con 22 924 habitantes (INDEC, 2010), lo que representa un incremento del 10 % frente a los 20 762 habitantes (INDEC, 2001) del censo anterior. Estas cifras incluyen a Nueva Baviera.

Vengan a pasear conmigo por la curiosa Famaillá, seguramente, se sorprenderán tanto como yo :)



La semana que viene, continuamos turisteando por Tucumán, ésta vez, desde la localidad balnearia de El Cadillal...






domingo, 15 de marzo de 2020

Paseando por San Miguel de Tucumán – Los Detalles

Tras haber visitado cada punto verde del Jardín de la República, lo único que restaba para completar la visita, era internarnos en los detalles que confieren identidad a la ciudad. Hoy, nos despedimos de la capital tucumana, justamente, desde sus pequeñas particularidades.

El nombre San Miguel es español directamente derivado del hebreo ya que honra al arcángel Miguel.

Las etimologías sobre el origen de la palabra Tucumán​ son hasta el momento muy variadas:
  • Según algunos estudiosos, deriva de una palabra compuesta en idioma lule: tucu-manita que se traduciría por territorio en donde abunda el tucu, siendo el tucu-tucu la denominación del coleóptero con órganos luminiscentes.
  • Otra denominación —también de etimología lule— es la palabra compuesta yukkuman o yakuman, que se traduce por «ir hacia donde abunda o se reúne el agua» («lugar de los ríos»); donde yaku significa «agua» y man significa «ir hacia». Otros en cambio entienden a la misma etimología como «lugar donde nacen las aguas».
  • Otra posible etimología proviene de la palabra en cacán —la lengua de los diaguitas— Tukma-nao, que significaría «pueblo» o «territorio de Tukma» —siendo Tukma el nombre de un antiguo jefe diaguita— aunque no está claro qué significado tiene el nombre propio Tukma, ya que se ha perdido la mayor parte del vocabulario cacán, aunque es muy probable que en cacan Tukma igual que tucu significara «luminoso».
  • En tanto otros entienden al término como tukkumanao (término presuntamente quechua) que traducido significaría «territorio fronterizo», indicando así a esta región como un confín del Imperio incaico.
  • Contemporáneamente, Juan B. Terán se refirió en alguno de sus escritos al nombre Tucumán: “Tucumán fue el nombre que cubría en la época de la conquista las mas extensa porción de la tierra argentina […] Hoy es el nombre de la más pequeña de las provincias argentinas.”

En nuestro próximo encuentro, comenzamos los recorridos por la provincia, siendo Famaillá, nuestro primer destino…

domingo, 8 de marzo de 2020

Paseando por San Miguel de Tucumán – Parques y Plazas

Caminando entre las callecitas de la capital tucumana, obviamente uno no solo se maravilla con sus joyas arquitectónicas. Sus espacios verdes también están ahí para sorprendernos de tanto en tanto, y para ofrecernos un reparador descanso a la sombra de sus árboles. Hoy, les voy a mostrar los principales puntos verdes de esta ciudad.

La urbe se asienta casi en las laderas de las montañas del Aconquija- una extensión de la precordillera frontal a los Andes que corresponde al sector más septentrional de las Sierras Pampeanas- y a orillas del muy importante río Salí.
El centro del poblado se encuentra a una altitud de 450 msnm. Aunque el Gran San Miguel de Tucumán se extiende por diversos niveles de terreno: desde los llanos y bajos de La Banda del Río Salí al este, hasta los elevados y fragosos del elegante departamento de Yerba Buena en donde prosperan fácilmente coníferas europeas en el oeste.

Tucumán cuenta con numerosas plazas, parques y peatonales, siendo el Parque 9 de Julio, diseñado por el célebre Carlos Thays, el principal paseo y pulmón verde de la ciudad. Inaugurado para los festejos del Centenario de la Independencia Argentina, el 9 de julio de 1916, cuenta con una importante y bellísima colección de esculturas clásicas y románticas forjadas en hierro en París, la cual se encuentra en vías de ser considerada como patrimonio cultural de la humanidad. Se encuentra inmensamente forestado y adornado. En el mismo se ubica el caserón colonial construido a fines del siglo XVII que perteneciera al obispo José Eusebio Colombres (prelado que en 1821 ensayó por primera vez la producción de azúcar).

También hacia el oeste de la ciudad se encuentran los Parques Guillermina y Avellaneda y al norte el amplio predio conocido como Campo Norte.

Entre las Calles Peatonales, se encuentran la Peatonal Muñecas con 5 cuadras, la Peatonal Mendoza con 4 cuadras y la Peatonal Congreso-Paseo de la Independencia con 2 cuadras, todas ellas ubicadas en el Centro histórico y cultural de la Ciudad, las cuales son concurridas por numerosos peatones a diario.

San Miguel de Tucumán además tiene varias plazas: La principal y más antigua (la que fuera Plaza Mayor y Plaza de Armas en la época de la Colonia) ubicada en pleno casco histórico de la ciudad es la Plaza Independencia, le sigue en importancia la Plaza Urquiza, la Plaza Belgrano (lugar en donde se libró la Batalla de Tucumán en 1812), la Plaza San Martín, la Plaza Yrigoyen (a inicios de siglo XX se llamó Humberto Primo y fue en 1910 el primer emplazamiento de la Rueda Eiffel luego trasladada a Córdoba), la Plaza Alberdi, la Plaza La Madrid (en "el Bajo", donde actualmente se encuentra un mercado de pulgas), entre muchas otras plazas distribuidas en distintos barrios de la Ciudad.

En la actualidad se construyeron dos túneles subterráneos que comunican el centro de la ciudad con la zona oeste. Dichos túneles tienen cada uno un puente peatonal sobre éstos. En la zona este, se está realizando un proyecto a largo plazo para recuperar la costanera del Río Salí y urbanizarla para construirla en un paseo turístico. Este proyecto demandará varios años debido a los asentamientos que se encuentran en la zona y a la contaminación del río.

Entre los espacios culturales de la ciudad mas destacados de la localidad, se encuentran el Museo Arqueológico, el Mercado del Norte, el Teatro Juan Bautista Alberdi, la Casa de la Cultura "Escultora Lola Mora", el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro, el Museo Folclórico, el Museo de Arte Sacro, el antiguo "Café de la Plaza", y antiguos edificios como el de la Cervecería del Norte.



La próxima semana, finalizamos el paseo por esta ciudad, explorando e internándonos en la intimidad de sus detalles





domingo, 1 de marzo de 2020

Paseando por San Miguel de Tucumán – La Ciudad

Habiéndome despedido de Catamarca, era hora de continuar hacia el último destino donde haría base en este recorrido por el NOA. Las Provincias de Salta, Jujuy y Catamarca quedaron atrás, y ahora le tocaba el turno a Tucumán, y el puntapié inicia, lo daría en su capital…

La capital de la provincia de Tucumán es conocida como El Jardín de la República, y es la sexta mayor ciudad de Argentina, después de Buenos Aires, Córdoba, Rosario, La Plata, y Mar del Plata. Es además la ciudad más importante de la región del Norte Grande Argentino. Su crecimiento ha superado los límites originales, llevándola a ocupar territorios de los departamentos circundantes en todas las direcciones, dando así origen a la conurbación del Gran San Miguel de Tucumán, la cual se sitúa, conforme al censo del año 2010, como la quinta urbe de mayor tamaño del país. Su importancia histórica se debe, principalmente, a que fue aquí, donde se produjo la Declaración de independencia de la Argentina, el día 9 de julio de 1816.

El departamento capital posee una superficie de 90 km², de los cuales la mayor parte está urbanizada a excepción de algunas zonas del cuadrante noreste. El centro de la ciudad y sus zonas aledañas concentran la mayoría de las actividades comerciales, financieras e institucionales más importantes de todo el norte argentino. Este sector está delimitado por cuatro avenidas (Sarmiento al Norte, Avellaneda / Sáenz Peña al Este, Roca al Sur, Alem / Mitre al Oeste) que conforman un rectángulo de 14 cuadras de ancho por 18 cuadras de largo constituye también el sector más densamente poblado debido a la gran cantidad de edificaciones en altura que se desarrollan en dicha superficie.

La trama original, notoriamente perceptible en el microcentro y casco histórico de la ciudad, presenta la forma de damero o cuadrícula, como ocurre en casi todas las ciudades grandes de Argentina fundadas en tiempos de

La Avenida de Circunvalación que corre a través del este de la ciudad constituye una vía rápida para cruzar la ciudad de norte a sur o viceversa y evitar entrar en la zona urbana.

En 2000 el Gobierno Nacional declaró a San Miguel de Tucumán Ciudad Histórica tanto por su rol en la historia argentina como por el patrimonio arquitectónico y urbanístico. Gran parte de sus calles se encuentran exornadas con árboles floridos tales como el tarco, el lapacho, el naranjo, la tipa.
En lo arquitectónico se destacan la bellepoquiana Casa de Gobierno, edificada a fines de siglo XIX en un moderado estilo Art Nouveau, de su interior destaca el Salón Blanco, en el que se reciben a las personalidades que visitan la ciudad. Y de su exterior, la coronación por tres cúpulas y su escalinata de acceso, además de la consabida fachada.

En el centro de la ciudad se distinguen templos religiosos como la antigua Catedral que preserva algunos elementos coloniales y aportes de la arquitectura italiana de siglo XIX, la Iglesia de San Francisco (ambos templos declarados Monumentos Históricos), la Parroquia de San Roque, la Basílica del Santísimo Sacramento más conocida como Iglesia de Santo Domingo, la Basílica de Nuestra Señora de La Merced y la de Iglesia Nuestra Señora de Lourdes que presenta un estilo neogótico.

También merece muy especial atención la Casa de la Independencia, donde un cuerpo de delegados de la mayoría de las Provincias Unidas del Río de la Plata, conocido como el Congreso de Tucumán, proclamó la declaración de independencia de la Argentina, el 9 de julio de 1816, esta casa además presenta esculturas de Lola Mora. Otros edificios notables son: el Teatro San Martín, cuyo edificio es de interesante arquitectura con elementos neoclásicos de fines de siglo XIX; y el Correo Central, que combina rasgos de la arquitectura medieval europea (románicos y góticos) con una torre fuertemente inspirada en los palazzi de Florencia (especialmente el Palazzo Vecchio).

Otros edificios notables son la vieja Legislatura de Tucumán (antiguo Casino, con su imponente arquitectura italiana y sus cúpulas simétricas), el Palacio de Tribunales (de sobrio estilo monumental pero racionalista), el Casino de Tucumán (antiguo Savoy Hotel, construido en 1912), la casa natal de Nicolás Avellaneda, el Colegio Nacional Bartolomé Mitre y el Campo de las Carreras, donde se libró la batalla de Tucumán, actualmente transformado en un parque histórico.

Tómense su tiempo cuando visiten esta bellísima capital para caminarla y apreciar plenamente sus hitos arquitectónicos, sin dudas, un lujazo, y una emoción tremenda, el visitar la histórica casita de tucumán. Una emoción, como pocas :)



La semana que viene, continuamos recorriendo la capital tucumana, desde sus plazas y parques









domingo, 23 de febrero de 2020

Volviendo del Campo de Piedra Pómez

Habiendo recorrido el Campo de Piedra Pomez, era hora de despedirme de Catamarca, y como la vuelta fue no menos extraordinaria que todo el resto del viaje, voy a dedicar el post de hoy a un pequeño repaso por mis últimas horas en la provincia.

Desandar los caminos que unen Antofagasta de la Sierra con Belén fue una experiencia completamente nueva, porque si bien ya los había hecho anteriormente, la nueva perspectiva y situación de luz, dio una mirada fresca a todos los paisajes que había contemplado.

El destino volvía a ser Belén, pero solo por unas horas. Desde ahí, tenía el micro que me llevaría a la capital catamarqueña, y desde ésta, viajaría ya entrada la noche, hasta el último destino de este viaje…

El retorno discurrió sin sobresaltos, con una parada en Villa Vil, destino al cual me prometí volver.
Los servicios de transportes llegaron finalmente, a horario el primero y con mas de 4 horas de demora el segundo, pero, llegaron.

Imposible no despedirme con cierta nostalgia. Una provincia que disfruté muchísimo, y que hoy me animo a decir, fue la mejor del recorrido por lejos, tanto por paisajes, como por la calidez de sus residentes.

Pero ya volveré! Hay mucha mas Catamarca por explorar!!



La próxima semana comenzamos a desandar mi visita a Tucumán, desde su Ciudad Capital

domingo, 16 de febrero de 2020

Recorriendo el Campo de Piedra Pómez

Si la travesía al llegar fue increíble, caminar por este desierto de relieves blancos, fue una locura.

El Área natural protegida Campo de Piedra Pómez se encuentra en el departamento Antofagasta de la Sierra, en la provincia de Catamarca, Argentina. La población más cercana, como ya les comenté, es la pequeña localidad de El Peñón, y un poco más distante, a unos 60km hacia el norte, la localidad cabecera del departamento, Antofagasta de la Sierra. El área cubre una superficie de 75.489 ha, con alturas que oscilan entre los 3050 msnm y los 4850 msnm.​

Su nombre describe el paisaje caracterizado por la extensa acumulación de piedra pómez, que luego de milenios de procesos de erosión adquirió la morfología que hoy presenta. Desde el punto de vista fitogeográfico, pertenece a las provincias altoandina y puna, caracterizadas por la aridez del suelo, la gran amplitud térmica diaria y las muy escasas precipitaciones. La baja presión atmosférica y la menor dilución de oxígeno en el aire crean el típico ambiente puneño.

La primera legislación en cuanto a la protección del área fue el decreto N°267/11, luego perfeccionado mediante el decreto 1490 del año 2012 de la Secretaría de Estado del Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Provincia de Catamarca, reglamentado poco tiempo después.

La región del noroeste de la provincia de Catamarca, dónde esta ubicado el Campo de Piedra Pómez, presenta clara evidencia de vulcanismo. El área en sí se formó presumiblemente hace cien mil años como resultado de las emisiones de los cercanos volcanes, especialmente el volcán Blanco o Robledo, cuyo cráter o caldera puede visitarse a poca distancia hacia el sudoeste del área principal de sedimentación. Según algunas investigaciones científicas, la formación de la cuenca podría haberse producido por eventos volcánicos ocurridos desde 20 millones hasta 10 mil años atrás.

Hasta finales del 2015, el número de visitantes era sumamente bajo, presumiblemente debido a la lejanía y el relativo aislamiento de la zona. Aun así, guías no profesionales o baqueanos habían diseñado un esquema de circuitos, que luego serían integrados a la planificación oficial. Entre ellos, se destacan los llamados “Gigantes de Piedra Pómez”, “Balcones de Laguna Purulla” y “La Lagunita Escondida”

Hoy día sin dudas es un ícono catamarqueño, el cual no solo recomiendo visitar por su asombroso atractivo, sino también, para descubrir los caminos y pueblos del departamento donde se encuentra, que como ya les mostré, son también maravillosos.



La semana que viene, les resumo algunos fragmentos de la vuelta hacia Belén

domingo, 9 de febrero de 2020

Camino al Campo de Piedra Pómez

El último día en Antofagasta de la Sierra no sería menos memorable que el anterior. Ya volviendo a Belén, la escala en el fantástico Campo de Piedra Pómez era inevitable, pero antes, el camino nos tenía preparadas más de una sorpresas.

Nuevamente arrancamos tempranito dejando atrás el poblado que nos había dado albergue en los últimos días.

Los caminos volvieron a presentar los mas variados paisajes hasta llegar a El Peñón, y aunque ya conocíamos la ruta 43 por el camino de venida, la nueva orientación y situación de luz, nos la mostró con una cara completamente distinta… Aunque lo mejor, estaba por venir.

Luego del almuerzo dejamos atrás la ruta, encarando un camino de ripio asentado, pero poco amable para los vehículos bajos. Nuevamente, la 4x4 demostró su estirpe.

Y entonces, el mas surreal de los horizontes estuvo ante estos viajeros: Un inmenso e interminable cordón montañoso magenta furioso nos acompañó por gran parte del trayecto, imponiéndose en un entorno que no hacía mas que realzarlo.

La negra estampa del Volcán Carachi Pampa se alzaba mas adelante, dominando un paisaje ocre.
Las formas y texturas de estas nuevas inmensidades, son de otro planeta.

El suelo se tiñó de negro, y adelante, el manchón blanco que representaba el Campo de Piedra Pómez se hizo visible. Impresionante!!!!!

Y entonces llegamos, teniendo como preámbulo un verdadero paisaje lunar, con nuevas texturas y colores que nada tenían que ver con lo ya visto, o con lo que veríamos mas adelante.
Imposible describirlo mejor!

Con ustedes, las fotos, las pequeñísimas fotos, de algunos fragmentos de estas maravillosas inmensidades.



La próxima semana, exploramos de lleno y desde adentro, el vasto Campo de Piedra Pómez

domingo, 12 de enero de 2020

La Puna Catamarqueña: Atravesando la Quebrada del Diablo

En nuestro anterior encuentro les mostré el camino entre Antofagasta de la Sierra y Antofalla. Hoy, completamos el circuito desandando el camino y las paradas que hicimos a la vuelta. Un vivencia aún mas sorprendente que la ida!

El primer punto a destacar, saliendo de Antofalla y costeando el Salar homónimo, son los Ojos de Campo. Éstas son pequeñas lagunas circulares interconectadas, muy cercanas entre sí, pero con la particularidad que debido a su composición química, cada una refleja la luz de un color diferente: negro, naranja, amarillo y azul.

El camino dio paso a la Quebrada del Diablo y ésta, a su desierto de puna, para coronar la vuelta desde las mismísimas Sierras de Antofagasta.

¿Cómo describir esta experiencia? Muy difícil…

Una imponente e interminable sucesión de paisajes verdaderamente de otro planeta. Y en cada curva, el entorno parece mutar radicalmente respecto de lo que veníamos viendo. Las texturas y colores se suceden de una forma inenarrable, y acá cualquier descripción vuelve a quedárseme corta. Sin dudas, un punto fuerte de este viaje, que por su extensión y variedad en colores y texturas, me resultó mucho mas sorprendente aún que la mismísima Serranía del Hornocal.

El dia terminó desde las alturas de la minúscula Paicuqui, y desde acá, volví a sentir como me abrazaba la plenitud de la inmensidad. Inolvidabilidad pura.

Con ustedes, algunas imágenes de esta maravillosa experiencia, como siempre, en el siguiente álbum:



En nuestro próximo encuentro emprendemos la vuelta a Belén, desde el camino que nos llevaría al alucinante Campo de Piedra Pómez

domingo, 5 de enero de 2020

La Puna Catamarqueña: Entre Antofagasta de la Sierra y Antofalla

Claramente no había tiempo que perder! Al dia siguiente de haber llegado a Antofagasta de la Sierra, nos encaminamos hacia la pequeña pero no menos sorprendente Antofalla...

Arancamos el día bien temprano, con los primeros rayos de luz y temperaturas bajo cero, así que era imprescindible ponerse en movimiento y activar lo más posible, ya que en lo personal creo que de otra forma, el clima incide negativamente en el ánimo. Y más ya habíéndome aclimatado perfectamente a la altura.

El destino? Antofalla… Así que andando pues!

El primero punto llamativo no se hizo esperar: El pequeño Salar “La Sulfatera”, en las cercanías a Antofagasta de la Sierra, nos daba la bienvenida a una ruta sobre la cual, las sorpresas no iban a hacer otra cosa que sucederse una tras otra.

Dejamos atrás la Ruta 43, para internarnos en un camino de montaña que seguiría el serpenteante curso del rio Calalaste. por la quebrada del mismo nombre. La 4x4 ni se quejó, por el contrario, se sentía ávida de aventura. Aquí encontramos la cota máxima de nuestro viaje, y una de las mas altas de la Puna Catamarqueña: 5300msnm, en donde el agua, aún al rayo del pleno sol, descansaba aún congelada en caprichosos volúmenes amorfos.

Una sucesión de paisajes maravillosos, finalmente, nos depositó en lo alto de un mirador, para contemplar el imponente salar de Antofalla. Los colores, nuevamente, infinitos e indescriptibles. Catamarca es otro planeta.

El salar de Antofalla es enorme, pudiendo ver desde aquí una pequeña fracción, pero piensen que el mismo es tan largo como toda la provincia de Catamarca. Tiene una longitud de más de 150 KM, siendo su superficie de 500​ KM². Está dominado en el oeste por el imponente volcán Antofalla, activo (6409 msnm) con su cumbre nevada, que forma un macizo con sus vecinos como el Conito de Antofalla, el cerro de la Aguada, el volcán Lila, el cerro Cajeros y el cerro Botijuela.

Con la excepción de la pequeña localidad de Antofalla, la cual tuve la suerte de visitar y con la que ciero esta entrega, (situada al este del macizo, cerca del salar), la región está prácticamente deshabitada. Esta es una de las regiones más aisladas del país y carece por completo de ruta o carretera. Toda una experiencia el haber podido llegar!



La próxima semana, les muestro el increíble camino por la Quebrada del Diablo, volviendo a Antofagasta de La Sierra…