domingo, 19 de mayo de 2019

La Caldera – Naturaleza Viva

Tras caminar por ambas partes del pueblo de La Caldera, me fui a explorar sus ámbitos naturales, o espacios mas abiertos, porque en verdad, el poblado convive en gran armonía con esa punta salteña de la selva de Yungas, desdibujando los límites entre uno y otro ámbito en mas de una oportunidad.

Primeramente y luego de reconocer varios circuitos de selva, llegué, siguiendo el mejorado principal, al Cristo Penitente.
Esta obra del reconocido escultor Juan Carlos Iramain, consiste en una estatua gigante representando a Jesucristo, con una masa de 16 Toneladas y una altura de 22 Metros. Monumento que fuera solicitado por el entonces gobernador Ricardo J. Durand; inaugurado en 1969.

El punto mirador aquí es de no perdérselo.

Pero, el día en La Caldera no podría haber terminado mejor…

Bajé del Cristo Penitente, recorrí más senderos en las faldas de los montes, y como broche de oro, me alquilé una bici y salí a la ruta para conocer el Dique Campo Alegre.

Finalmente el Dique era lindo, si, pero en lo personal, quedó completamente opacado por esos 5.3 Km que hice sobre la Ruta 9.

El trayecto es casi todo zigzagueante y de montaña, pleno de túneles verdes de selva de Yungas, laderas de cerros, y ya mas cerca del dique, vistas como esta de los valles adyacentes. Si a esto le sumamos que la calzada está en espléndido estado, no disfrutar del recorrido es una tarea que se torna imposible.

¿El precio de la felicidad? $40.

El embalse Campo Alegre Ing. Alonso Peralta es un lago artificial, cuyas aguas están destinadas al regadío de sembrados y como reserva de agua de la Ciudad de Salta. Fue construido a principios de los 70s, y está a unos 1421 msnm, circundado por cerros y quebradas, al cual se accede por un camino de montaña a la vera del río Caldera por la RN 9 hacia la Provincia de Jujuy (aproximadamente a 30 km de la capital salteña).

Este embalse y todo su entorno aparecen aptos para el desarrollo de actividades deportivas, entre las que sobresalen la navegación a vela, pesca deportiva, deportes náuticos, senderismo y cabalgatas por sus alrededores.

Mi alegría luego de estas experiencias, al subir al colectivo de vuelta a la capital salteña, nuevamente fue inmensa.



La próxima semana, retomamos los paseos hacia el oeste salteño, rumbo a San Antonio de Los Cobres