domingo, 24 de noviembre de 2019

Paseando por Belén

Tras un reparador descanso luego de la maravillosa incursión en Termas de Fiambalá, era hora de cambiar de base y trasladarme al interior catamarqueño, y para esto, no encontré mejor lugar que Belén.

La capital del departamento del mismo nombre, se ubica al sudoeste del mismo, entre los km 4089 y 4092 de la Ruta Nacional 40, en un valle semiárido surcado por el río Belén.

El asentamiento pacífico de colonizadores españoles dentro de la villa, no pudo concretarse hasta fines del siglo XVII, como consecuencia de la resistencia guerrera que ofrecían las parcialidades indígenas. Hasta 1627 los colonizadores se vieron obligados a sostener una convivencia pacífica con los pobladores nativos, luego de la cual se produciría una de las etapas más violentas por la recuperacíon del territorio y resguardo de su identidad, que se iniciara con el Gran Alzamiento del Cacique Juan Chelemín en 1630, en un estado bélico que se mantendría por unos 35 años. En 1633 el Presbítero Bartolomé de Olmos y Aguilera, un laborioso clérigo, ejercía la cura de almas en los hoy departamentos de Andalgalá, Pomán, Santa María, Belén y Tinogasta; la región oeste de la provincia. El Presbítero entonces, solicita al gobernador y capitán general del Tucumán, maestre de campo, José de Garro, tierras en el Valle de Famayfil (nombre primitivo de la villa de Belén) en donde hacer su morada, erigir sementeras, tener sus cabalgaduras, y establecer en el centro su enorme parroquia para recorrer su jurisdicción.

La desfavorable situación del asiento de su parroquia en el extremo sudeste, fue sin duda lo que lo indujo a encontrar apropiado éste paraje para plantar una población, y fue así como el 20 de diciembre de 1681, fundó la villa de Nuestra Señora de Belén, nombre que le dio posiblemente en recuerdo de la Virgen del Santuario de Nuestra Señora de Belén en España, de donde eran oriundos sus antepasados.

En Belén podremos visitar varios hitos históricos, religiosos, culturales y naturales:
  • El Monumento a Nuestra Señora de Belén: Un magnífica obra construida en honor a la Virgen de Belén, de 15 m de altura, que se encuentra en el cerro oeste de la ciudad, en un sitio que constituye el mirador de la ciudad, a una altura de 300 msnm.
  • Museo Arqueológico Cóndor Huasi: Considerado uno de los más importantes de su tipo dentro de la provincia. Conserva más de 3.000 piezas de cerámica, hueso, piedra y metal.
  • El Santuario Nuestra Señora de Belén: Inaugurado en 1907, resguarda la imagen de Nuestra Señora de Belén, patrona del departamento.
  • La Plaza Olmos y Aguilera: Principal paseo público de la ciudad. Preserva el nombre del fundador al que se lo recuerda en una pirámide erigida en el centro de la misma.
  • La Quebrada de Belén: Un maravilloso tramo de 11 km de recorrido entre montañas, al norte de la ciudad, sobre la RN 40.
  • El Mirador Cerro "San Luis": Un atractivo sitio ubicado al este de la ciudad, atravesando el otro lado del Río Belén, por la Ruta Provincial número 46.
  • El Pequeño Valle de la Luna: En el cual se destacan las geoformas llamadas Los Jasis, a 85 km al norte de Belén, próximos al paraje de Corral Quemado.
La ciudad de Belén también es célebre desde hace siglos, como parte de la ruta el telar catamarqueña, claro, por sus diversos tejidos artesanales realizados con esta técnica. Aparte del anascote, de la barchila, el barracán y el picote, se destacan los célebres ponchos belichos.

Paz, sencillez, calidez y armonía. Imposible no disfrutar mis días residiendo aquí, y la aventura por el interior de Catamarca, no hacía mas que empezar!



En nuestra próxima entrega, para variar, nos levantamos bien tempranito, para recibir en día, en el Shincal de Quimivil

domingo, 17 de noviembre de 2019

Termas de Fiambalá


¡Último destino de esta etapa del viaje! Habiendo dejado atrás la fantástica Ruta del Adobe y luego de reponer energías en Fiambalá, era hora de conocer la periferia de esta localidad desde uno de sus puntos mas clásicos: Las Termas de Fiambalá.

El complejo de aguas termales están ubicadas a 14 km de la ya visitada localidad de Fiambalá, y se llega siguiendo un sinuoso camino de ripio y asfalto por tramos, el cual nos pone en contacto con la árida realidad del desierto catamarqueño, dominado en una primera etapa por fabulosas dunas, para luego dar paso a escenarios mas pedrosos y hasta con residuos volcánicos. Fuera de este mundo!!

Una vez que llegamos a la quebrada del complejo termal, nos encontramos con un total de 14 piletones, en pendiente escalonada, en los que se vierten casi naturalmente aguas termales de diferente temperatura. Una obra de ingeniería notable, que deja al complejo en perfecta inserción en la quebrada en la que se emplaza.

Las características de los materiales utilizados para construir dichos piletones, van en consonancia con la zona cordillerana en las que se encuentran emplazados, y las propiedades curativas de sus aguas los convierten en un interesante destino turístico.

El complejo cuenta con varios servicios de alojamiento y gastronomía de diferentes categorías, los que posibilitan una estadía en el mismo complejo termal, sin depender de la ida y vuelta diaria hasta la ciudad cabecera.

Las vistas desde sus alturas son increíbles, sumando por si mismas un gran punto de recomendación para su visita. Una pausa de lujo para un día agitado, y una gran recarga de energías, de cara a todo lo que vendría.


La próxima semana, comenzamos a desandar parte de la Ruta del Telar, haciendo base en Belén para disfrutar desde ahí, las aventuras que siguen…




domingo, 10 de noviembre de 2019

Fiambalá – El Pueblo

Por su relevante ubicación e importancia turística, y coronando la espectacular Ruta del Adobe, no podía faltar un pequeño recorrido por el clásico poblado de Fiambalá.

El poblado se ubica a aproximadamente 1.600msnm en el comienzo del Altiplano andino, lo que hace que el clima sea fresco y agradable en las estaciones más cálidas. Se encuentra a 322 km de San Fernando del Valle de Catamarca, a 300 km de La Rioja, y a 55 km de Tinogasta. En todos los casos, se accede a través de la Ruta Nacional 60, llevando desde aquí la misma ruta y ya sin mas escalas, al Paso de San Francisco, límite con Chile.

Fiambalá se originó a fines del siglo XVII, y fue fundada oficialmente en 1701. Actualmente, conserva una modesta fisonomía edilicia caracterizada por sus paredes de adobe. La Iglesia de San Pedro, construida en 1770 y declarada Monumento Histórico Nacional en 1941, pone fin al Corredor Turístico Ruta del Adobe, el cual visitamos en nuestra entrega anterior y que atestigua el paso del colonialismo por esta alejada zona del país, deveniendo en una herencia cultural que se mantiene hace más de 237 años.

La ciudad se hizo muy conocida a partir del año 2009 ya que fue sede del Rally Dakar, al igual que en los años 2010, 2011, 2012 y 2016. este evento hizo mundialmente famosas las cercanas y enormes Dunas de Fiambalá.

La región integra también la Ruta del Vino, siendo la vitivinicultura una de sus principales fuentes económicas. Los principales varietales instalados son el Bonarda, Cabernet, Chenin, Riesling, Syrah y Torrontés. Las bodegas instaladas, proponen a los turistas llamativas actividades en la época de cosecha, incluso con recorridos nocturnos por los viñedos a la luz de la luna.

Fiambalá además es un gran punto desde donde visitar las cercanas termas homónimas, pero eso, será tema de desarrollo para nuestro próximo encuentro.



La próxima semana, finalizamos esta etapa desde las fantásticas Termas de Fiambalá

domingo, 3 de noviembre de 2019

Ruta del Adobe

Habiendo cubierto la parte riojana de este viaje, desde la Quebrada de la Cébila hasta Alpasinche, hoy, volvemos a pisar territorio catamarqueño, para recorrer la pintorezca e histórica Ruta del Adobe.

El primero de los poblados recorridos en este trazado histórico, curiosamente, se llama Copacabana, pero no tiene en absoluto que ver con la famosa localidad carioca.

Aproximadamente a mediados del siglo XVIII, un nieto del ya fallecido Prudencio de Aybar, levantó una capilla en el territorio correspondiente a la vieja merced de Pituil para honrar a una imagen de Nuestra Señora de Copacabana, una imagen originalmente tallada por el indio Titu Yupanki en Potosí y entronizada en la localidad de Copacabana (Bolivia). Este hecho dio como resultado el cambio de nombre de Pituil por el de Copacabana que perdura hasta nuestros días. Después de muchos años de superposición de jurisdicciones entre Catamarca y La Rioja sobre el territorio tinogasteño, el 2 de febrero de 1857, don Octaviano Navarro, gobernador de Catamarca, dicta un decreto que define la jurisdicción de Catamarca.

El día avanzaba y aún había mucho por visitar, por lo que no nos detuvimos acá, pero, me lo agendé como pendiente para una próxima visita, ya que las coloridas fachadas de antaño, merecen al menos una buena caminata para apreciarlas mas de cerca. Donde hicimos nuestra primera de tantas paradas, fue en El Puesto, también en Tinogasta, tomando como punto de partida para la caminata por el pueblo, el curioso Oratorio de Los Orquera.

El edificio no fue construido con bloques o ladrillos. Se lo construyó en una sola pieza de adobe. Para ello se utilizaron moldes de madera como lo hacían los Kakanes, nativos del lugar, Estas hormas se rellenaban del adobe. Las paredes tienen 70 cm de espesor. Es muy bajo y su espadaña es pequeña y sin campana. Internamente es muy sencilla, el confesionario es de algarrobo sólido.

Desde aquí, seguiríamos visitando diferentes puntos destacados en La Ruta del Adobe, hasta la magnífica y no menos llamativa Iglesia Nuestra Señora de Andacollo, en La Falda, para concluir esta primera mitad de jornada en Fiambalá, pero ese, es otro capítulo de esta historia.



Dentro de una semana, llegamos al anteúltimo destino de este tramo: Fiambalá