domingo, 24 de septiembre de 2017

Finde largo en Montevideo: Plan de Sábado

¿De vuelta en Montevideo? ¡Claro que si! ¿Cómo no volver a recorrerla, a disfrutarla, y a redescubrir aspectos de esta ciudad tan maravillosa en cada visita, si la tenemos a unas horas nada mas?

Ahora… ¡Qué difícil es revisitar un lugar que se ha vuelto tan querido para mí, sin caer en repeticiones! Entonces ¿Qué enfoque le daba a estas líneas como para que sigan manteniendo un valor de utilidad para el desafortunado lector que se tope con ellas? Y la respuesta fue obvia:
- Martín, me voy el fin de semana a conocer Montevideo, ¿Qué me recomendás hacer?
No tienen idea de la cantidad de veces que escuché esta pregunta, y por eso, en estas tres entregas, voy a encargarme de responderlas.

Comenzamos obviamente con la ida: ¿Lo ideal? Partir desde Buenos Aires el viernes por la tarde/noche, para poder, (en el peor de los casos, sacrificando algunas horitas de sueño), disfrutar desde las primeras horas del sábado allí. Si es posible, el alojamiento en el Barrio de Palermo es absolutamente recomendable tanto por su ubicación estratégica, como por el encanto del barrio en sí.

Mi plan recomendado de sábado por la mañana es cubrir la zona sudoeste de la ciudad: Caminar por el centro paseando de plaza en plaza y conociendo sus alrededores (Infaltables: Plaza de los Treinta y Tres Orientales, Plaza Libertad, Plaza Juan Pedro Fabini, Plaza Independencia, Plaza Constitución y Plaza Zabala). Con esto tendremos un panorama muy acabado de los barrios céntricos, sus dependencias administrativas y servicios. Además es un momento de relativamente poco tráfico y peatones, lo que puede favorecer a una experiencia mas relajada.

Para el mediodía, y luego de haber paseado un poco por el centro de Ciudad Vieja, podemos acercarnos a conocer el Mercado del Puerto, donde también podemos hacer una buena parada técnica para el almuerzo, y si tenemos suerte, disfrutar incluso de alguna cuerdita de tambores, cosa siempre bienvenida en el soundtrack de la visita a esta ciudad, porque la pasión también entra por los oídos :)
A la tarde, podemos recorrer un poquito mas de la periferia de ciudad vieja, y hacer el camino inverso hacia el barrio de Palermo, desde el camino que propone la costanera, e incluso, ir alternándolo con los barrios del sur. Atención acá: No olvidar gorro ni protección solar!

Si tenemos suerte, podremos hartarnos de caminar junto a las cuerdas de tambores de los diferentes barrios, hasta bien entrada la noche, o… hasta que no nos den mas las piernas!

Como siempre, les dejo parte de estas experiencias, en el siguiente álbum:



¿Te quedaste con ganas de más? Podés ver mis otras crónicas montevideanas, desde los siguientes enlaces:

Ida en ferry y vistas del centro y barrios del sur - Plazas Monumentos y Murales - Feria Tristán Narvaja y Cuerdas de Tambores - La Costanera (Desde El Puerto hasta Playa Ramírez) - La Costanera (Desde Punta Carretas hasta Playa Buceo) - Ciudad Vieja - Detalles de Ciudad Vieja - Atardecer desde la Rambla Gran Bretaña - Los Colores de Palermo - La Feria de Parque Rodó - Desfile de llamadas - Atardecer en la Rambla República Argentina y Homenaje a La Costa Uruguaya - Día del Candombe

La semana que viene, seguimos disfrutando de un finde largo en Montevideo, con el Plan de Domingo

domingo, 17 de septiembre de 2017

Postales de Rosario

Ya se me están haciendo incontables las veces que fui a verte, mi querida Rosario…

¿Y cómo evitarlo? Y una vez ahí, ¿Cómo evitar el impulso de traerte conmigo, aunque sea de a pedacitos?

Tal vez, un poco de eso se traten estos recortes, que nacieron con una mezcla de magia y melancolía.

¡Nunca me voy a cansar de visitarte Rosario!

Sean todos bienvenidos a los recuerdos de mi última visita a esta ciudad, que sin dudas, ha sabido como cautivarme :)




…¿Te quedaste con ganas de más Rosario?

domingo, 10 de septiembre de 2017

Sobrevolando la Cordillera de Los Andes

Y todo lo que comienza, concluye. Hoy, cerramos este maravilloso viaje que comenzó aterrizando en Mendoza y conociendo parte de sus paisajes urbanos y naturales, para luego cruzar por tierra los Andes, y sorprendernos con cantidad de sorpresas en la región central de Chile.

No puedo negarlo: Mi expectativa era enorme. Al punto de haberme obsesionado un poco al hacer el check in del avión, intentando analizar desde el esquema de asientos, cual sería el mejor para disfrutar de la vista. Era claro que iba por una ventanilla, pero siempre el tamaño del ala es engañoso en este punto, y una mala elección podría arruinar mis planes para disfrutar de este paisaje que vaya uno a saber cuándo tendría el privilegio de repetir…

Encontré un asiento justo delante de donde comienza el ala, lo que me pareció casi demasiado bueno para ser verdad, pero decidí dejar mi escepticismo de lado y reservarlo.

Los minutos se hicieron un poco mas largos cuando KLM anunció la demora en la partida, pero no me dejé dominar por la ansiedad… Aunque bien sabía por experiencia que si nos cambiaban de avión, tenía una gran posibilidad de perder mi preciado lugar.

Finalmente, anunciaron el embarque. Feliz, transité el corredor de la manga, saludé al personal de abordo, y comencé a buscar mi lugar… Pagaría por ver mi cara cuando lo encontré.

Resulta que justo en ese asiento, si bien era lateral y se mostraba con ventanilla en el diagrama de la web, era ciego. Mi sueño se esfumaba!!

Como pude, intenté probar algunas tomas con la ventanilla de adelante, pero el espacio era muy pequeño, y si el pasajero decidía reclinarse, directamente las posibilidades eran nulas… ¿Qué hacía entonces?

No sé como me armé de coraje, pero me incorporé y le expliqué mi situación al pasajero de adelante, en mi más que dudoso inglés. ¡Y resultó ser un hombre oriental con la mejor onda del mundo! Él seguía viaje a Europa luego de la escala en Ezeiza, donde yo me bajaba, momento en que recuperaría su ubicación, y yo, podía cumplir mi sueño.

Inmediatamente cambiamos de lugar. ¡¡No me alcanzaban la sonrisa y el agradecimiento!!

Carreteamos, despegamos, y el resto fue magia…




Gracias por haber vivido conmigo otro recorrido maravilloso. ¡¡Nos vemos en el próximo!!

domingo, 3 de septiembre de 2017

Conociendo Santiago de Chile – El Santuario Nacional de Maipú

Y finalmente llegamos al último destino de este recorrido! Después de recorrer los barrios Brasil y Yungay, me acerqué a la línea 5 del metro, justo en la entrada del Parque Quinta Normal, para bajar en la estación Plaza Maipú, desde donde luego de una pequeña caminata por el centro del barrio, llegaría al Santuario Nacional de Maipú.

La primera sorpresa se hizo presente durante el viaje: Nunca había tomado un metro en cuyo recorrido, literalmente saliera a la superficie, en altura, para luego retomar su camino en vía subterránea. Un detalle que le agregó emoción y variedad al viaje.

El centro de Maipú es muy concurrido, y está lleno de ferias y puestos de venta ambulante y artesanías, como para quedarse curioseando por dias.
El recto y breve camino por la Avenida 5 de Abril, me llevó al Santuario, donde como era de esperar, el paisaje sería muy distinto.

El Templo Votivo, o Santuario de Maipú, es un monumento conmemorativo a la Batalla de Maipú, obra del arquitecto Juan Martínez Gutiérrez, ganadora de un concurso convocado en el año 1943. Su construcción duró más de treinta años hasta su inauguración el 24 de octubre de 1974. En este templo parecen haber dos universos conceptuales: El religioso que orienta la propuesta hacia un espacio configurado con un sentido procesional para la veneración de la Virgen, y el conmemorativo que define su lenguaje expresionista y su escala monumental. Verdaderamente un coloso que hay que vivir para creer, y es acá donde no me alcanzan las palabras para expresar lo pequeño que uno se siente ante semejante mole.


El Templo está emplazado en una amplia explanada. En él se alinean las ruinas de la Capilla de La Victoria y el Templo con la imagen de la Virgen. Lo antecede una enorme plaza de forma ovalada que se configura a partir de unas columnatas laterales de 8 metros de alto dispuestas sobre una plataforma horizontal. Este espacio constituye el atrio del Templo y su gran superficie responde a las multitudinarias manifestaciones religiosas que en él se desarrollan; está rodeado por una gradería que desde el acceso oriente parte a la misma altura de la plataforma al nivel de la calle y va descendiendo siguiendo la pendiente del terreno, lo que incrementa el número de peldaños justo al frente de la fachada del Templo.


Las columnatas de la plaza parecen abrazar las ruinas de la Capilla de La Victoria, y conforman un recorrido procesional hacia el santuario de la Virgen, que se inicia en el exterior siguiendo la plataforma curva, al abrigo del alero soportado por la columna. Este espacio en cuanto atrio se asemeja mucho a la Plaza de San Pedro en el Vaticano.


Esta construcción, por su escala, constituye sin dudas el hito urbano más importante de la zona, y las vistas que hay desde su punto accesible mas alto, como van a ver en el álbum, no tienen desperdicio.




La próxima semana terminamos esta primera visita a Chile, disfrutando del paisaje andino… Desde el cielo!