Dejando atrás Campo Quijano, y bordeando el Rio Rosario, la Ruta 51 nos lleva por la Quebrada del Toro, en un circuito maravilloso, lleno de rincones de naturaleza, formas geológicas y leyendas regionales, enredándonos de paso con algunos tramos del viaducto del Tren a Las Nubes.
Ya entrada la mañana, la primera parada fue El Alfarcito. A 2800 msnm, el paraje permite al visitante, apreciar no solo la belleza de los paisajes puneños, sino también, visitar las obras del Padre Chifri, con el colegio secundario y Albergue de Montaña el Alfarcito como eje, el cual alberga equipa y educa de forma totalmente gratuita a los egresados de las 18 escuelas primarias que hay en las 26 comunidades de la zona.
En esta localidad, también pueden disfrutarse de las fiestas de la Papa Andina, La Pachamama, y la celebración del Patrono San Cayetano. Sin dudas, un lugar para detenerse a descubrir.
Siguiendo por la 51, finalmente, llegamos a San Antonio de Los Cobres, poblado que toma su nombre de San Antonio, protector de mulas, patrono de arrieros y viajeros, en combinación con la cercanía de la sierra de Cobre, rica en este mineral.
Situada a una altitud de 3775 msnm, es el segundo centro urbano más elevado del país, tras El Aguilar, en la provincia de Jujuy.
La localidad cuenta con termas de aguas terapéuticas, hallándose a 19 km del viaducto La Polvorilla, una verdadera obra maestra de ingeniería ferroviaria. Esta posee unos 64 m de altura sobre la quebrada del mismo nombre, y atractivo central del famoso tren ya citado. También en los alrededores se encuentran las ruinas de la antiquísima ciudad precolombina de Tastil.
Vengan conmigo a descubrir la sencilla vida de los habitantes de estas tierras, mientras reponemos energías para el resto de la jornada.
La próxima semana llegamos al eje de este recorrido, en Salinas Grandes…