Un falso documental (
mockumentary) es una serie o película que utiliza los recursos de un documental para crear una obra de ficción. El ejemplo más notable, la serie
The Office, emitió su capítulo final hace unos días, pero hay otras dispuestas a recoger el testigo.
La semana pasada se emitió el último capítulo de la versión estadounidense de
The Office. Además de haber sido una de las mejores series de los últimos años (aunque ha tenido sus altibajos), es el principal exponente lo que es un
mockumentary, término que define aquellas obras de ficción que
imitan la estética de los documentales a pesar de seguir un guión.
The Office está basada en la serie del mismo nombre que creó
Ricky Gervais, que también está entre los mejores falsos documentales, pero la influencia de este remake que tomó vida propia fue mayor.
A pesar de que cada una de estas series y películas usa sus propios métodos para crear la ilusión de ser un documental, hay varios elementos en común. Así, por ejemplo, casi todas utilizan las
entrevistas personales, un recurso que generalmente se utiliza para dar una mayor profundidad a los personajes. También es bastante frecuente que los actores miren a cámara, aunque nadie lo hace mejor que
John Krasinski (Jim Halpert en
The Office) y
Ty Burrell (Phil Dunphy en
Modern Family).
The Office
La importancia de ambas versiones en el género de los falsos documentales es enorme. La británica fue mucho más corta (únicamente duró dos temporadas de 6 capítulos cada una, más un especial de Navidad de dos capítulos) que la estadounidense, lo que permitió que ésta evolucionara. También era mucho más ácida y David Brent, el personaje de Gervais, es
mucho más patético que Michael Scott.
De hecho,
The Office sobrevivió a la salida del jefe de la sucursal de Scranton que interpretaba Steve Carell. No obstante, la marcha del actor
hirió de muerte a la serie, a la que le costó encontrar de nuevo su rumbo sin Carell. Tras unos intentos fallidos de
michaelizar a otros personajes y la aparición de James Spader, la oficina volvió a ser lo que era en esta última temporada.
El problema de su larga duración (9 temporadas) es que permitió que los personajes se
flanderizaran; es decir, se convirtieron en parodias de sí mismos y lo que en principio era un rasgo de su personalidad se convirtió en su característica más definitoria. Michael se volvió
estúpido y Dwight Schrute,
un psicópata. Aun así, lograba capítulos excelentes. Con esta última temporada se atrevió a derribar
un muro virtual y nos acercó al supuesto estreno del documental. También conocimos un poco a quienes estaban detrás de las cámaras ficticias.
This is Spinal Tap
Rob Reiner es el director de tres obras maestras del cine:
La princesa prometida,
Stand by me y
This is Spinal Tap. La última, además, es uno de los mejores falsos documentales de la historia. Posiblemente,
el mejor. La historia del grupo ficticio Spinal Tap es tan buena que
después de que se estrenase la película, los actores
crearon el grupo, lanzaron dos discos e hicieron varias giras.
Elegida como una de las mejores 500 películas de la historia por la revista Empire (en el
puesto 48), tiene una banda sonora maravillosa y un sentido del humor
autorreferente y absurdo, que pasa sin problemas de lo ácido a lo sutil y que no necesita caer en lo tosco (aunque no renuncia a ello). Sin olvidar que tiene
una de los mejores escenas de la historia.
En IMDB,
This is Spinal Tap tiene un 8.
Sobre 11.
Parks and Recreation
Empezó prácticamente como un spin-off de
The Office (de hecho,
Rashida Jones participó en ambas series, aunque con papeles diferentes), pero pronto evolucionó hasta superar a su predecesora espiritual en muchos aspectos.
Lo mejor de
Parks and Recreation es que
todos sus personajes han crecido con ella, pero sin llegar por el momento a saturar. Sabemos cómo es cada uno de los protagonistas, pero sus reacciones todavía nos sorprenden y arrancan carcajadas. Además, las nuevas incorporaciones han encajado a la perfección en el elenco, tanto a nivel de argumento como con el espíritu de la serie.
A esto hay que unir que tiene algunos de los mejores personajes del momento (el
Ron Swanson de Nick Offerman y el
Andy Dwyer de Chris Pratt son insuperables), una ambientación gloriosa (las bromas recurrentes sobre el pasado y el presente de un pequeño pueblo de Indiana son sutiles, pero geniales) y unos secundarios de lujo (de los que, además, no abusan).
Jean-Ralphio es historia de la televisión.
Borat
Si la última temporada de
The Office innovaba al derribar una especie de cuarto muro (tal vez sería más correcto referirse a él como
muro tres y medio),
Borat (su título completo es
Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan) creó el
falso documental real. Así, el personaje al que da vida Sacha Baron Cohen graba un
mockumentary, pero muchas de las personas que aparecen en él no saben que se trata de una parodia y sus reacciones son auténticas.
Borat Sagdiyev es el segundo presentador más popular de Kazajistán y viaja a Estados Unidos para aprender sobre las costumbres del país (para una mayor gloria de Kazajistán). A partir de esta premisa y de la mezcla entre realidad y ficción se consiguen algunas de las situaciones más grotescas, hilarantes e
incómodas que ha visto el cine.
Modern Family
La última en llegar es la más exitosa en lo que a galardones respecta, con un Globo de Oro y varios premios Emmy. Su humor es algo más edulcorado, pero cada capítulo está lleno de pequeñas joyas ocultas. No recurre únicamente a las frases graciosas, sino que juega con las interacciones de los personajes. Además,
aprovecha la estética de falso documental a la perfección, con miradas cómplices a cámara y momentos de confesión de uno o varios miembros de la familia.
De todos modos, aunque
Modern Family es uno de los mejores falsos documentales, lo cierto es que parece que sus creadores se decantaron por este género
por las facilidades creativas que proporciona (es mucho más fácil explicar las motivaciones de un personaje si éste se lo cuenta a la cámara) que por tratar de innovar. También es cierto que en ocasiones 'olvida' su formato y pone a los personajes en situaciones que no serían posible con un equipo de cámaras detrás. En cualquier caso, no nos quejamos.
Exit Through the Gift Shop
Cuando parecía que ya era imposible darle más vueltas de tuerca al género, llegó el artista callejero
Banksy y creó un documental sobre la elaboración de un falso documental que terminó por convertirse en una obra real.
O no. Ni siquiera el antiguo portavoz de
Banksy, director de la cinta, lo tiene claro.
En cualquier caso, la película, que fue nominada al Oscar como mejor documental, cuenta la historia de
Mr. Brainwash, apodo de
Thierry Guetta, un francés obsesionado con las cámaras y el arte callejero. De esta forma conoció a Banksy, que decidió hacer de él un
artista sólo a través de la expectación y con la intención de criticar el mundo del arte. Pero finalmente el personaje superó a la persona y la transformación de Guetta en Mr. Brainwash fue completa. O tal vez no.
Exit Through the Gift Shop es justo lo contrario (y a la vez, exactamente lo mismo) a
I'm Still Here, película documental para la que
Joaquin Phoenix se transformó por completo, incluso en su vida privada. En ella interpretaba a una versión de sí mismo que trataba de triunfar en como rapero, pero su escenario era el mundo real. Tras terminar la grabación,
recuperó su persona.
Fuente:
http://alt1040.com/2013/05/los-mejores-falsos-documentales