A su vez, en nuestra entrega anterior, resaltaba algunas diferencias entre la presente visita, y, la hecha a su vecino parque Ischigualasto, mas conocido como “El Valle de La Luna”.
Hay otras dos grandes diferencias entre ambos, que tal vez sean mas notorias al finalizar el recorrido, en ese espacio de recapitulación que uno hace, mentalmente, luego de cada experiencia: Por un lado, Talampaya ofrece un paisaje imponente, si, pero mucho mas uniforme en experiencia general que el Valle de la Luna. Acá, mas o menos en cada parada, tenemos vistas que por momentos se parecen bastante, en cambio, del otro lado de las murallas, las estaciones de observación tienen mucha mas diversidad entre sí.
La última diferencia que voy a citar es respecto a la experiencia vivida con el servicio de guías. La tarifa en Ischigualasto es mas económica, pero el guía le puso mucha mas onda, dio mas datos, dio mucho mas tiempo de observación… Realmente fue para disfrutar y aprender, junto a una persona con experiencia y vocación. Talampaya fue todo lo contrario: Como ya dijimos, el acceso es mucho mas caro, y al menos en mi caso, el guía no solo se mostraba con cierto hartazgo, sino que nos llevaban a todos de un lado para el otro, como si de arrear una manada de animales se tratase…
Mas allá de todo, es imposible no recomendar la experiencia de sentirse absolutamente diminuto, entre esos imponentes murallones de mas de 150 metros de altura.
La concesionaria ofrece además de las clásicas combis, (y claro, por algo mas de dinero), hacer el recorrido en camioncitos con asientos en el techo, o bien, con escotilla y “terraza”. Personalmente opté por la minivan, porque no encontré justificable las otras opciones. Además ofrecen un recorrido extendido, hasta los “Cajones de Shimpa”, pero, lamentablemente no estaba habilitado cuando fuí.
En este álbum de cierre, visitaremos La Catedral, El Rey Mago, algunos detalles de los caminos, La Torre, La Tabla de Planchar, El Tótem, El Monje, La Ciudad Perdida, y las últimas vistas, ya en camino de retorno.
Como nota de color, puede visitarse un pequeño recorrido llamado “Sendero del Triásico”, el cual les muestro a continuación:
La semana que viene, iniciamos la visita a la Capital Riojana, caminando por sus calles y descubriendo su patrimonio…